Créditos Imagen: Néstor Molina Foto: AVS PHOTO REPORT
Verónica Ribeiro | Prensa LVBP
Maracaibo.- Después de dos derrotas en casa, el manager Luis Dorante tiene la esperanza de que Néstor Molina pueda detener a las Águilas del Zulia en su feudo, el Estadio Luis Aparicio “El Grande”, en un intento de regresar en la Serie Final de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
La del viernes y sábado fueron noches para el olvido en la historia del conjunto crepuscular. No solo el pitcheo abridor falló, sino que, además, la defensa se derrumbó y los rapaces capitalizaron todas las oportunidades que le concedieron para fabricar 23 carreras.
No obstante, Dorante espera que sus dirigidos no bajen los brazos y que el cambio de escenario pueda traer aires de triunfo. Una tercera derrota corrida, pondría a los pájaros rojos en un precipicio que ningún club ha superado en los anales de la liga.
“Las derrotas son duras, pero tenemos que ir con la cabeza en alto para buscar esa victoria en Maracaibo”, afirmó el mandamás, quien espera que la defensa pueda apoyar la labor de Molina.
El derecho, de 27 años de edad, subirá al montículo en circunstancias en las que nunca ha estado antes. Su única experiencia en postemporada se limita a cinco encuentros en playoffs, repartidos entre la campaña anterior, con Leones del Caracas, y la actual con Cardenales. Jamás en una Final. En la 2016-2017 su récord es de 1-0, con efectividad de 4.50, en dos aperturas en las que trabajó por un espacio de 8.0 capítulos.
“Estoy preparado física y mentalmente. En esta instancia no puedes cometer errores porque es una serie corta y no hay mañana. Hay que buscar hacer las cosas correctas en el juego porque las equivocaciones cuestan caro. Por eso estoy concentrado en hacer mi trabajo”, aseguró Molina, quien confiesa que no siente presión por participar en una serie en la que su equipo está abajo 0-2.
“Sé que Molina va a sacar a los bateadores. Hay que evitar dar bases por bolas o golpear a los rivales para que no llegue a las bases tan fácil. Obviamente, ellos se alimentaron de eso en los dos juegos anteriores y hay que mejorar la defensa para apoyar al abridor”, destacó Dorante, luego del segundo revés sufrido en Barquisimeto.
Molina, oriundo de Valencia, se midió en dos ocasiones contra Zulia en la ronda regular. En ese período enfrentó a 44 bateadores y apenas aceptó nueve hits (.205), incluido un doble, y dos carreras; además, otorgó dos boletos y abanicó a cuatro rivales. En 11.2 innings, su efectividad fue de 1.54.
Este es un buen precedente, pero ahora se medirá a un club que en enero exhibe récord de 10-1 y apenas ha estado abajo en el score tres veces en esos 11 partidos.
“Me gustan los retos porque puedo mostrar lo que puedo hacer. Me gusta responder en las situaciones pequeñas para que el manager y el equipo sepan que pueden confiar en mí. La verdad me emociona porque sé que es una responsabilidad grande la que me están dando y la asumo”.
De por vida, en postemporada, Molina compila récord de 1-0, con un promedio de 4.57 anotaciones limpias en 21.2 innings, con 1.754 de WHIP.
“Me he mantenido trabajando con (el coach de pitcheo José) Rosado y (coach de bullpen Oswald) Peraza durante toda la temporada. No he cambiado nada. Estoy enfocado para que las cosas sigan saliendo bien”, abundó Molina. “En cada juego evalúo a los peloteros de Águilas y así veo los lanzamientos que les hacen daño. También me fijo con qué envíos se sienten cómodos y a los que no les pueden dar. Lo bueno de tener la salida del tercer juego es que los he visto en los encuentros seguidos y puedo analizar cómo es su desempeño”.