Créditos Imagen: José Martínez Foto: AVS PHOTO REPORT
Andriw Sánchez Ruiz | Prensa LVBP
Caracas.- Es posible que José “Cafecito” Martínez solo quería visitar a Oswaldo Guillén en su casa de Chicago. Hablar un rato y tocar el tema de los Tiburones de La Guaira mientras la conversación fluía. Ambos se conocen mucho antes de que el jardinero, y ahora inicialista, firmara para el beisbol profesional, pues el manager fue compañero por muchos años de su padre, Carlos “Café” Martínez.
No obstante, la reunión realizada en mayo fue determinante para los escualos. Guillén le dio una responsabilidad a Martínez: ser el capitán del equipo. El título implica liderazgo, tanto dentro como fuera del terreno.
“Cafecito es mi capitán. Yo le dije a todos mis muchachos que tienen que respetarlo por ser pelotero de los Tiburones por muchos años, por ser quien es y por la tradición que tiene su familia aquí”, dijo Guillén, el jueves, poco antes del debut del grandeliga de los Cardenales de San Luis contra las Águilas del Zulia. “Ahora tiene una responsabilidad muy grande y no es que tiene que batear .300 o sacar 10 pelotas, sino de tener liderazgo en el clubhouse, en el terreno, en los hoteles, en el autobús. Es fácil que te amen o te odien, pero es difícil que te respeten. Él es mi capitán, venga quien venga”.
Martínez es un pelotero mucho más maduro que aquel que debutó con los salados en la campaña 2006-2007, incluso más que el que conectó seis vuelacercas e impulsó 30 carreras en la campaña 2014-2015.
Ahora sabe lo que es estar en las Mayores durante gran parte del año. Ayudó a San Luis en 106 encuentros y pudo batear para un promedio de .309 y un OPS (embasado más slugging) de .897 en 272 turnos legales. Sus casi dos metros de estatura, antes acompañados de una figura enjuta, se ha desarrollado por el trabajo en Estados Unidos. Y sus capacidades en el terreno de juego ahora abarcan la defensa de la inicial. También posee una visión clara de su nuevo rol en el dugout litoralense.
“Es una responsabilidad grande pero digo que, a pesar de los altos y bajos que he tenido en mi carrera, lo voy a aceptar con humildad y responsabilidad”, expresó Martínez. “Un capitán debe saber cómo hablar, como resolver las inquietudes de los peloteros y ser el altavoz del manager. Es la persona que debe comportarse, ser un ejemplo dentro y fuera del terreno. Igualmente vengo a ayudar, y a aplicar muchas de las cosas que aprendí”.
Además de darle una mano a La Guaira con su bate, pues en las tres campañas anteriores ha logrado impulsar 30 o más rayitas, y actualmente el equipo solo ha anotado 72 carreras, la cifra más baja de la liga, “Cafecito” tiene la tarea de mejorar su defensa en la primera base.
Este año, con los pájaros rojos, jugó casi tanto la inicial como los jardines. En la almohadilla estuvo 259.0 innings, mientras que en las praderas 280.1.
“Todavía debo aprender. Necesito trabajar en una base en donde hay posibles chances de juego. Mientras más trabajas más oportunidades tienes, ese es mi lema”, dijo antes de detallar que estará con Tiburones noviembre y diciembre, después “habrá que hablar”.
“En enero del año pasado fue a Estados Unidos, hice un trabajo con pesas, también tuve una dieta y aumenté 15 libras (6,8 kilos) en menos de un mes, eso me ayudó muchísimo con los Cardenales”, señaló. “Siempre he dicho que lo bueno hay que repetirlo”.
A partir de ahora, en las intimidades del clubhouse de los salados y en lo público del terreno de juego, más que por reglas literarias, “Cafecito” se escribirá con la “C” de capitán.