Arturo Nieto vivió una experiencia atípica en las Grandes Ligas

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Créditos Imagen: Arturo Nieto Foto: AVS PHOTO REPORT

 

Hugo Guerrero | Prensa LVBP

 

Valencia.- En 2018, la carrera de Arturo Nieto parecía tomar un rumbo diferente, un camino que él nunca imaginó cuando daba sus primeros pasos en el beisbol. Apenas con 26 años de edad en ese entonces, por su mente aún pasaba la idea de llegar a las Grandes Ligas, al firmar un contrato de liga menor con los Padres de San Diego, que incluía una invitación al Spring Training.

El sueño de todo beisbolista, de jugar en las Mayores, nunca había estado tan cerca para Nieto, que, anteriormente, el máximo nivel en el que había participado en las granjas de los Marineros de Seattle había sido el de Clase A Fuerte. Pero, repentinamente, en medio de aquellos entrenamientos primaverales, le llegó un ofrecimiento atípico para un pelotero aún activo: ser catcher de bullpen.

“Yo soy muy comunicativo con los pitchers, y la mano derecha del gerente de San Diego vio eso en mí y me ofreció el trabajo y bueno, lo agarré y estuve todo el año en Grandes Ligas”, explicó el nativo de Maracay que, de alguna manera, empezó a pensar que su trayectoria como jugador, había finalizado. “Fue un cambio drástico en mi carrera, ya estaba pensando como coach”.

Si bien es cierto, Nieto estuvo ese año en la gran carpa con los religiosos, pero no de la forma habitual o como todo adolescente desea cuando estampa su firma con una organización de las Grandes Ligas. Sin embargo, a pesar de tomar el riesgo de no ver acción durante ese año, esa difícil decisión, no lo apartó de su acostumbrada labor detrás del plato como pelotero activo.

“Obviamente, fue algo que no me esperaba, que tuve que pensar mucho, pero al final me arriesgué y de esa forma estuve arriba (en las Mayores)”, expresó entre risas el receptor, que en la LVBP está disputando apenas su segunda temporada de por vida.

Al contrario de lo que él por un momento pensó, esa experiencia de ser receptor de bullpen fue fugaz y, gracias a su juventud y a su persistencia, pudo retornar a los terrenos de juego como habitualmente lo había hecho en su carrera.

Después de esa distinta vivencia con los Padres, Nieto volvió a la acción este año en la Frontier League (Liga Independiente de Estados Unidos), circuito en el que disputó 56 encuentros, 47 de ellos como receptor titular, hecho que hizo que también volviera a la LVBP, luego de dos campañas de ausencia.

“Al no renovar contrato (con San Diego), este año jugué en la Liga Independiente de Chicago y eso me hizo regresar a ser pelotero activo. Gracias a Dios, por eso pude conseguir trabajo aquí y otra vez el próximo año para la misma liga”, reveló el aragüeño, que ahora viste el uniforme de los Navegantes del Magallanes, después de haber sumado sólo dos juegos en la 2016-2017 con los Tigres de Aragua.

Ahora, el maracayero ha tomado un rol de mayor protagonismo en las últimas semanas con la Nave. Esto, por las molestias físicas de Oscar Hernández, lo que ha hecho que Nieto haya podido estar más tiempo en la posición número dos con los eléctricos.

“Siempre he estado preparado. Yo sé mi rol en el equipo, hasta que gracias a Dios se dio la oportunidad y he podido ayudar”, dijo el careta, que en la ronda regular sumó 18 juegos y dejó average de .250.

“Siempre he estado preparado, estaba en la banca mucho tiempo, pero ya tenía casi un rol del sexto inning en adelante, que tenía que estar activo. Aprendí mucho viendo los juegos, desde la banca se aprende bastante también, pero ahora me han dado el chance y aquí estamos”, consideró el novel jugador, que fue protagonista el pasado viernes 27 de diciembre, al estar detrás del plato durante los 20 episodios que jugaron Magallanes y Tigres, lo que marcó un récord como el juego de mayor duración en la historia de la pelota local.

“Fue súper difícil, después del inning 15 ya estaba trabajando con el corazón porque ya casi no sentía mis piernas”, expuso Nieto que, junto a Wilfredo Giménez, su colega de Tigres, implantaron una marca de más innings en un encuentro para receptores en la liga. “Yo tuve un juego una vez como de 14 o 15 innings en la Midwest League (nivel Clase A) con los Marineros de Seattle. Pero este juego fue extraordinario porque de paso nos dio la clasificación. Jugamos con el corazón, logré llevar bien el juego y ayudar a clasificar”, sentenció.

 

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