Créditos Imagen: Anthony Castro | Fotos: CBPC
Nelson Medina Arnías | Prensa LVBP
Miami.- Anthony Castro ha sido una especie de boxeador, de esos batalladores difíciles de noquear, durante toda su carrera como beisbolista. Le ha tocado caer, aguantar y levantarse cuando todo parece que está perdido. Los malos momentos lo han hecho pensar si vale la pena continuar en este negocio, pero se ha topado con personas que le insisten en que rendirse no es una opción y en esta Serie del Caribe está viendo los frutos.
El derecho pertenecía a Leones del Caracas, equipo con el que ganó el premio Relevista del Año en la 2022-2023, pero se lesionó en las postrimerías de la zafra y no pudo lanzar en la Gran Final 2022-2023, donde los melenudos derrotaron a Tiburones de La Guaira en seis desafíos.
A mediados de la campaña 2023-2024, la gerencia capitalina lo cambió por el grandeliga Yonathan Daza y en sus apariciones en la ronda regular deslució.
Pero regresó para sumar tres apariciones en el Todos contra Todos y una en la instancia definitoria del campeonato ante Cardenales de Lara, con apenas una anotación permitida (5.0 IP, 1.80 PCL), aunque las últimas tres en blanco, un dominio que ha extendido a Miami 2024.
Ahora, Castro parece haber tomado un segundo aire en su carrera. Antes, cuando estuvo fuera del roster, con mucha humildad afrontó el reto de estar en el Taxi Squad de los escualos (campamento en el que los jugadores marginados de la nómina se mantienen activos), trabajó en retomar la confianza en sus lanzamientos, en fortalecer la mente y creerse que aún era útil en el equipo y capaz de aportar.
“Mantuve la mente fuerte y puse en práctica lo que hice cuando estuve en el Taxi Squad. Pude lanzar en el Round Robin, sin prestarle atención a la bulla, a lo que pudiera pasar en el estadio”, destacó. “Muy orgulloso de mí mismo. Nunca me rendí, nunca bajé los brazos cuando en noviembre estaba fuera. Me siento muy orgulloso de poder ayudar al equipo que confío en mí. Siento que eso no tiene precio”.
Castro no perdió la fe en la fortaleza de su brazo, siempre tuvo claro que cuando le tocara subir nuevamente a un montículo haría el trabajo sin mayores problemas, los inconvenientes pasaban más por un tema de pensamientos, de haber perdido la capacidad de convencerse de que aún queda gasolina al momento de la ignición para jugar a la pelota.
Parte de la recuperación de su confianza pasó por las manos de Ronald Terán, quien funge como psicólogo del club escualo y Edwin Hurtado, un conocido dominador desde los montículos, miembro del Salón de la Fama del Beisbol Venezolano, que se sumó al cuerpo técnico de los actuales campeones de la LVBP.
“Edwin Hurtado y Franklin Túa me ayudaron mucho en mejorar mi mecánica de lanzamientos; Ronald Terán fue mi soporte en el tema mental, para retomar mi confianza. Ellos tienen todo el crédito para que yo esté aquí y al 100% para ayudar al equipo”, comentó Castro, quien el pasado martes lanzó 2.2 inning sin encajar rayitas ante Panamá.
Luis Sojo, gerente deportivo de Tiburones siempre tuvo el panorama claro sobre lo mucho que Castro podía ayudar a su cuerpo de relevistas.
Anthony Castro (44) no ha permitido carreras en 4.1 innings en la Serie del Caribe
“Castro tiene una recta de 97 millas por hora, lo que necesitaba era trabajo. Fuimos muy criticados cuando lo cambiamos por Yonathan Daza, pero para nosotros fue un canje positivo. Oswaldo Guillén, lo vio haciendo un bullpen y dijo que ese brazo podía ayudar mucho”, recordó Sojo.
El taponero, de 28 años de edad, lanzó entre 2020 y 2022 en las Grandes Ligas, con Detroit, Toronto y Cleveland. Así que valía la pena tratar de recuperarlo y rescatar lo que había mostrado con el Caracas
“Siempre pedíamos reporte a Edwin Hurtado del trabajo de Castro. Nunca dejó de trabajar y eso habló muy bien de él y de sus ganas de salir adelante”, continuó el ejecutivo.
Guillén no se dio por vencido, pese a su abultado promedio de 12.0 anotaciones limpias en 9.0 entradas, repartidas en 13 salidas en la ronda eliminatoria, las últimas siete con La Guaira.
“Cuando llegué no estaba tirando bien, creo que estaba lesionado, tenía problemas para lanzar strikes. Lo único que hice fue ponerlo a pitchar, darle la oportunidad en algunos juegos para que agarrara confianza y lo consiguió. Ante Panamá iba a trabajar un solo inning y lo dejé porque me gustó como estaba lanzando”, comentó mánager Guillén sobre la más reciente actuación del apagafuegos.
Castro recibió conteo de protección, se aferró a las cuerdas y se levantó para ganar la pelea consigo mismo, que le reconcilia con el montículo y le convierte en un ejemplo de perseverancia.