Créditos Imagen: Andruw Monasterio Fotos: A. van Schermbeek
Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Caracas.- El noveno lugar en el lineup está reservado, en teoría, para el bateador más débil de un equipo. Ese no es el caso de Caribes. Al menos no esta temporada. El manager Jackson Melián ha usado en ese puesto del orden al novato Adruw Monasterio, que ha sido tan productivo como el resto de los toleteros orientales, que tienen a Anzoátegui con la mejor ofensiva de la temporada.
“La evolución de Monasterio ha sido excelente”, apuntó Melián. “Hemos estado trabajando con él, antes y durante la práctica. Tanto a la defensiva, como la parte del bateo y el corrido de bases. Es un jugador con velocidad y ese es un extra para cualquier equipo”.
Monasterio es un segundo abridor en el orden, cuando la alineación da la vuelta, por su capacidad para mantenerse con frecuencia en circulación.
“Tenerlo de noveno es importante para nosotros, ya que con su rapidez y, ahora, buena ofensiva, nos ayuda al momento de juntarse con el primer bate. Es uno más en la parte alta de la alineación”, explicó el estratega de los portocruzanos. “Se suma a los lugares uno, dos y tres, los más importantes, los que se embasan con mayor frecuencia para anotar las carreras. Es un plus tenerlo a él, junto con ‘Balita’ (Rafael Ortega), Niuman (Romero), (Tomás) Telis y luego Balbino (Fuenmayor), cuando se active (tras salir del roster por un pelotazo en el antebrazo izquierdo)”.
Monasterio, de 23 años de edad, apenas se mostró en la temporada 2018-2019 y el año pasado no vio acción. Ahora está exhibiendo todo su potencial. En las primeras dos semanas del calendario regular peleó el liderato de bateo y aunque todavía es dueño de un robusto .394 de average, no reúne los turnos mínimos para aparecer entre los mejores del departamento, luego de perder tiempo de juego por molestias en la pierna derecha.
Según el toletero diestro, la clave de su éxito está en que, invariablemente, sale a consumir sus turnos con un plan predeterminado y se adhiere a esa estrategia.
“No me imaginé estar en esa situación, con ese promedio. Solo trato de ir al home a hacer mi trabajo, a buscar un buen pitcheo para hacer contacto”, destacó Monasterio. “Trato de divertirme”.
“También ha sido importante la confianza en mí mismo y al apoyo de mis compañeros”, abundó. “Me siento tranquilo con ellos, me dan mucho ánimo. Hacen que tenga confianza en el home plate, a la defensiva. La confianza me ha ayudado muchísimo”.
La experiencia es el mejor profesor en el terreno de juego. Monasterio es un avanzado estudiante y trata de ganar la pericia necesaria para desarrollarse. Lo absorbe todo como una esponja.
“Ha venido mejorando con el bate y se debe a lo que ha estado haciendo durante la práctica. El chamo trabaja bastante duro”, enfatizó Melián sobre el segunda base.
Como noveno en el orden exhibe una línea ofensiva digna de un pelotero virtual, de los que se escogen en los videojuegos: .444/.500/.593, con un doble, un jonrón, cuatro anotadas, tres remolcadas y 1.093 de OPS, en 32 apariciones legales. Mientras que a la defensiva apenas ha incurrido en un error en 54 lances y ha participado en 12 dobleplays, la tercera cifra más alta entre los camareros del circuito. Nada mal para un joven que apenas contaba 11 encuentros de experiencia en la LVBP, antes de la zafra en curso.
“Jugar a diario, significa mucho. Porque es un equipo que desde el Día Inaugural tiene a todos sus titulares, cuenta con todas sus estrellas. Estar con ellos es un honor”, expuso. “De verdad, gracias al manager por la confianza y a los grandeligas, los veteranos, que me hacen sentir que soy parte de este club. Por eso no siento presión cuando salgo al campo, me siento a gusto”.
El talento de Monasterio siempre ha sido estimado, no solo por Caribes, sino en el beisbol organizado.
En 2014, a los 17 años de edad, fue firmado por los Cachorros de Chicago y luego de sus primeros cinco años en la organización fue enviado a los Nacionales de Washington, en el cambio por Daniel Murphy, el 21 de agosto de 2018. Más tarde, a mediados de diciembre de ese mismo año, se convirtió “en el pelotero a ser nombrado después”, que llegó a los Indios de Cleveland en el canje que involucró al receptor brasileño Yan Gomes. Ambas transacciones de Grandes Ligas.
El 2 de noviembre, Monasterio firmó un contrato como agente libre para regresar con Cleveland por una campaña más.
En su más reciente turno, en el inicio de la tercera semana, Andruw Monasterio salió de emergente y conectó un hit impulsor
“Ha sido un año muy difícil. Muy turbulento para todos, especialmente para los peloteros de Ligas Menores”, apuntó. “Así que doy gracias a Dios por estar de vuelta”.
De allí la importante de sumar turnos durante el invierno, luego del parón obligado por el nuevo Coronavirus, que dejó sin empleo a cientos de peloteros del sistema de granjas de MLB.
“Debo mejorar en todo. Como jugador no puedes quedarte estancado en un mismo nivel. Cada año trato de mejorar, no puedo ser conformista”, argumentó Monasterio, que en 2019 actuó en la filial Doble A de Cleveland. “Hay que mejorar en todos los aspectos del juego, de lo contrario no surges. En el beisbol tienes que salir todos los días a dar lo mejor de ti y a ser el mejor”.
En Anzoátegui celebran esa actitud.