Créditos Imagen: Ronald Acuña Jr. | Foto: MLB.com
José Luis López | Prensa LVBP
Caracas.- “Me siento al 100 por ciento y estoy listo para volver a la normalidad. Definitivamente no quiero jugar más como bateador designado”, expresó Ronald Acuña Jr. a Justin Toscano del Atlanta Journal-Constitution el sábado, durante una actividad del equipo de Bravos.
A juicio del analista Drew Silva de MLB Trade Rumors, el jardinero venezolano tuvo una actuación relativamente decepcionante en el plato en 2022, después de su desgarro del ligamento cruzado anterior derecho que puso fin a su temporada en julio de 2021.
Pero el dinámico jugador, que ha sido convocado tres veces al Juego de Estrellas, cree que volverá con toda su fuerza en los próximos entrenamientos primaverales en la temporada de 2023, según lo conversado con Toscano.
Acuña Jr. entregó un OPS combinado de .925 puntos en sus primeras 1.764 apariciones en el plato de Grandes Ligas entre 2018 y 2021, antes de hundirse a un OPS de .764 en 533 apariciones en el plato el año pasado. Hizo 27 aperturas como designado para Bravos en 2022, después de requerir solo un inicio total en ese rol, durante sus cuatro temporadas anteriores en las Mayores.
En general, ha promediado 38 jonrones y 34 bases robadas por cada 162 desafíos jugados como grandeliga. El año pasado, de regreso de su fuerte percance, despachó 15 vuelacercas y coleccionó 29 robos en 119 juegos.
A medida que se aleja más y más de esa lesión en la rodilla, los campeones reinantes del Este de la Liga Nacional deberían volverse aún más peligrosos.
Sin embargo, a Acuña Jr. le queda una tarea pendiente como bateador designado. La cumplirá en la Serie Final del campeonato de la Liga de Invierno de Venezuela, según le aseguró el propio pelotero a Toscano. A quien también manifestó su deseo de representar a su país natal en el Clásico Mundial de Beisbol, a celebrarse en marzo.
Con respecto a este tema -pero en otra conversación-, el jardinero de 25 años le dijo a David O’Brien de The Athletic que es poco probable que el personal médico de los Bravos lo autorice a jugar en el próximo Clásico Mundial de Beisbol, porque es más un compromiso físico y de tiempo que lo representado en la LVBP. Esencialmente, Atlanta solo quiere que se quede en el campamento primaveral para asegurar que llegará sin contratiempos al Día Inaugural de la temporada 2023, de acuerdo con el reporte.
En ese sentido, Acuña Jr. ya desistió de representar a Venezuela en el CM, pues seguirá el consejo de los médicos y del cuerpo técnico de Atlanta, según publicó Toscano.
Esto podría verse como evidencia de que Bravos aún no confía plenamente en la salud de Acuña Jr., a pesar de que han pasado 18 meses desde que se rompió el ligamento cruzado anterior. Por ello no resulta prudente forzar demasiado la barra y el equipo no quiere más sustos alrededor de su estrella venezolana.
Si bien es cierto que algunas superestrellas con historial de lesiones participarán en el torneo – Mike Trout es el ejemplo más notable -, ciertamente el criterio no es universal, apunta Silva.
Es comprensible que Atlanta quiera que Acuña se concentre en ser la mejor versión de sí mismo para la temporada regular. Después de regresar de la cirugía a fines de abril del año pasado, la velocidad de Acuña no pareció afectada, ya que como se dijo, robó 29 bases en 119 juegos. Pero en contraparte, su línea de bateo de .266/.351/.413 con 15 jonrones, estuvo por debajo de sus estándares habituales. Razón por la cual, Atlanta no desea correr riesgos innecesarios.
En la Serie Final de su país, Acuña Jr. podrá poner a tono su bateo, en un circuito que no resulta tan exigente como lo puede ser un Clásico Mundial.
Extraño comienzo para la relación Arráez-Miami
El intercambio que el pasado viernes llevó al infielder Luis Arráez desde Mellizos de Minnesota a Marlins de Miami, cerró el interesante libro protagonizado por el criollo. En sus páginas se relata cómo un jugador de cuadro pasó de ser un prospecto bastante desconocido a convertirse en miembro del Todos Estrellas, ganador del Bate de Plata y del Campeonato de Bateo de la Liga Americana en 2022.
Arráez ya tenía un gran desempeño en los tres años antes de su gran campaña de 2022, pero su desempeño disminuyó un poco en una temporada de 2021 acortada por lesiones. A raíz de ese año relativamente bajo, Jim Souhan del Minneapolis Star Tribune escribió que Mellizos tuvo algunas conversaciones con Arráez sobre una extensión a largo plazo, pero el venezolano las rechazó, lo cual no agradó al club.
Como jugador de Super Dos, Arráez es elegible para cuatro viajes a través del proceso de arbitraje. Ambas partes evitaron una audiencia en el primer año de elegibilidad de arbitraje de Arráez al acordar un salario de $2,125 millones para la temporada 2022. Si bien no se conocen los términos de la oferta de extensión de Minnesota, es justo suponer que los Mellizos buscaban un acuerdo que hubiera cubierto los cuatro años de arbitraje, así como al menos uno de los años de agente libre de Arráez, expresó Souhan.
Firmar un contrato de este tipo habría asegurado una buena garantía para el infielder, además del primer día de pago importante de una encendida carrera que comenzó con un modesto bono de $40,000 como fichaje internacional.
Pero Arráez optó por apostar en sí mismo para recuperarse de su temporada 2021, y esa confianza en sí mismo valió la pena. Antes del canje, el jugador y Mellizos se dirigían a una audiencia de arbitraje después de no poder llegar a un acuerdo salarial antes de la fecha límite de intercambio de cifras para el proceso: Arráez demandaba un salario de $6,1 millones, mientras que los Mellizos respondían con una oferta definitiva de $5 millones. Parece posible que los Marlins aún puedan ir a una audiencia con Arráez, debido al principio general manejado por las oficinas de las Ligas Mayores.
Sin embargo, aquí empiezan a aparecer los detalles desagradables para quien llega a un nuevo equipo. Una audiencia de arbitraje sería un comienzo incómodo para la relación entre el jugador de cuadro y su nueva casa. Por ello, habrá expectativa para ver cómo transcurre lo que puede ser un trago amargo, a modo de brindis de bienvenida.