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Eduardo Acosta/ Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Puerto La Cruz.- Hace una semana, los Astros parecían quedar fuera de la postemporada, luego de estar buena parte de la temporada en la cima del oeste de la Liga Americana. Pero lograron meterse en los playoffs y el jueves mandaron sobre los Reales en el primer partido de las Series Divisionales, luego de blanquear a los Yanquis de Nueva York 3-0, en el juego por el comodín.
En ambos partidos, Houston apeló a sus armas principales: batazos de larga distancia y buen pitcheo. Hoy amanece en ventaja contra el favorito Kansas City.
Nada está definido, pero en enfrentamientos directos, en una serie al mejor de siete partidos. Cualquier cosa puede pasar.
Omar López, manager de Caribes de Anzoátegui, cruza los dedos a cientos de kilómetros de distancia.
“Le comenté a un amigo, fanático de los Yanquis por cierto, creo que en 2011, que en unos tres o cuatro años, ese equipo iba a sorprender. El talento estaba en crecimiento. Jeff Luhnow, gerente general, con su nueva filosofía trajo cambios interesantes. Nos dio la perspectiva de tener una novena competitiva y mira de qué manera salió”, refiere López, uno de los técnicos más reputados en el sistema de granjas de los siderales, actual piloto del Lancaster (A+). “También el manager A. J. Hinch tiene gran crédito en todo este éxito. Posee una personalidad muy tranquila, trabaja mucho en la parte psicológica y ayudó a los peloteros significativamente. Engranó muy bien sus piezas”.
Houston atravesó por tres campañas de 100 o más derrotas, antes de terminar con balance de 70-92, en 2014. Este año rebotaron a 86-76. La mejoría ha sido notable.
“En mi caso me lleno de orgullo cuando me siento a observar los partidos de los Astros y veo triunfar a Carlos Correa, por ejemplo. Es una enorme satisfacción porque lo tuve en 2011 y parte de 2012. De José Altuve, que lo dirigí en la Venezuelan Summer League, siempre me dicen que se asombran con lo que hace en cada partido, para mí es algo normal porque lo vi crecer y sé de lo que es capaz. Lance McCullers y Vincent Velásquez también estuvieron bajo mi mando en las menores. No niego que me emociona hablar de todos ellos y más si están triunfando en este momento. Me enorgullece saber que contribuí, de una u otra manera, en su desarrollo”, destaca, el valenciano de 38 años de edad.
¿Pueden llegar lejos?
“Tratas de ensamblar un plan que perdure por mucho tiempo, no por uno o dos años. Nosotros, como organización, tratamos de desarrollar el mejor talento que tengamos en una atmósfera ganadora para cuando los prospectos sean promovidos a Grandes Ligas lleven consigo la confianza del triunfo. Muchos de ellos ya tienen un anillo de campeones en las ligas menores, ya saben lo que es ganar y capitalizar todo eso en el terreno de juego. Los resultados hablan por sí solos y, estoy seguro, las cosas seguirán mejorando por mucho tiempo”, enfatiza el estratega.
López apoya su tesis en el talento que está emergiendo de las granjas de los Astros.
“Tenemos a cuatro bateadores de poder que pueden llegar a ser superestrellas como Carlos Correa y en el pitcheo hay un talento mucho más que interesante. Si se mantiene la filosofía de esta temporada, además de la química entre directiva y cuerpo técnico, los Astros darán mucho de qué hablar en los años por venir”, insiste.
Ahora mismo. No le sorprendería, ver el naranja de sus uniformes en la Serie Mundial. Algo que no estaba en los cálculos de ningún analista, antes del inicio de la temporada. Pero el beisbol está lleno de esas historias, alimentadas por los sueños de unos pocos.
“No me extrañaría. No me extrañaría”, sonríe López.
