Créditos Imagen: | Foto: Alejandro Van Schermbeek
Rayner Rico | Prensa LVBP
Caracas.- Empapados, tanto de bebida espumosa como de felicidad. Circulando por diversos sectores del terreno, entre abrazos, sonrisas y apretones de manos. Así transcurrió gran parte de la madrugada de este martes 31 de enero para el señor Juan Carlos Escobar y también para Víctor Gárate, presidente y asesor deportivo, respectivamente, de los actuales campeones Leones del Caracas.
La satisfacción que embargaba a ambos era notable. Y cómo no tenerla y rebozarla, si después de todo encontraron la manera ideal para, de algún modo, drenar parte de todo ese extenuante trabajo que tuvieron que realizar desde hace poco menos de un año para confeccionar el que terminó siendo el mejor equipo de la LVBP en su edición 2022-2023.
“Era un compromiso para nosotros. Sabíamos que para ganar otra vez teníamos que traer de vueltas a muchos peloteros con los que no habíamos podido contar en los últimos años. Se hizo un gran trabajo gerencial, entre Richard (Gómez), Víctor y mi persona y aquí están los resultados de esos días sin poder dormir”, dijo Escobar, todavía eufórico encimado sobre la tarima de celebración.
Tras el repentino fallecimiento del ingeniero Luis Ávila, en agosto de 2021, en marzo del calendario pasado los propietarios de la franquicia capitalina se convencieron de que era él el indicado para liderar al club, dada su experiencia como Gerente General, y vaya que acertaron, al recoger dividendos de inmediato con un Escobar como uno de los grandes responsables de la esquiva corona 21 en la historia.
“De verdad que súper contento de poder regalarle esto al público. Primero me había tocado vivirlo como fanático, después como gerente y ahora aquí estoy, como integrante de esta gerencia, que sé cuánto esfuerzo se hizo, sobre todo después de que sufrimos unas bajas importantes desde que terminó la ronda regular y el reto era superarlas”, mencionó el ejecutivo.
Al momento de su nombramiento como presidente, existió mucho escepticismo. Un sector de la exigente afición caraquista creía que no era el indicado para el resurgir de una organización que atravesaba por unas de las peores etapas de su existencia, que constaban de 12 campañas sin celebrar un campeonato. Las críticas hacia su incipiente gestión no se hicieron esperar, menos después de que aprobó una primera transacción en la que se enviaron hasta cuatro lanzadores al conjunto Caribes de Anzoátegui, incluidos Loiger Padrón y José Torres, dos de los que presentaron mejor rendimiento en la contienda anterior. En el canje, se hicieron de los servicios de Oswaldo y Orlando Arcia, y el resultado del mismo ya es una historia de las que todos saben cómo culminó.
“Qué te puedo decir. Hubo muchas opiniones en contra cuando trajimos en cambio a los Arcia. También a (Gabriel) Noriega, (Juan) Infante y el propio Alfred Gutiérrez. Todos esos cambios que hicimos fueron, son y serán fundamentales. Eso, sin contar que convencimos para que vinieran de nuevo a la liga hombres como (Jhoulys) Chacín y Harold (Castro). Lo de Castro es una locura, porque Richard Gómez me dijo, que si podíamos contar con él esta temporada íbamos a ser campeones y no se equivocó”, contó Escobar.
Si bien el cetro puede significar la recompensa mayor y cualquiera pudiese pensar que aspirar a más sería demasiada ambición, no así lo ven desde las oficinas melenudas, donde aspiran que este sea solo el comienzo de una dinastía, incluso mejor de la que tuvieron en la década de los 80, cuando se coronaron en cinco ocasiones tras 10 torneos disputados.
“Ahora es que queda Leones para rato. Vamos a seguir trayendo a jugadores, esto es un proyecto a largo plazo, en el que la meta es seguir ganado campeonatos de aquí en adelante”, auguró el directivo, antes de conferirle el mérito de todo lo alcanzado a su grupo de toleteros, por encima de lo hecho a nivel organizacional.
“Para ser justos este triunfo es de ellos. Se lo merecen. El corazón de los muchachos es clase aparte, lucharon contra las adversidades, con todas las bajas que fuimos teniendo, las lesiones, las limitaciones, pero con unión, con compromiso y con entrega, pudieron salir adelante”, añadió Escobar.
Tras el éxito de una divisa, señalar a un único artífice resulta un hecho de mezquindad. Aunque no está de más resaltar la notable labor que tuvieron particularmente ciertos personajes y que influyeron directamente en la consecución del mismo, como es el caso de Víctor Gárate.
Su estatus de ex jugador, más toda la experiencia adquirida en sus años activo, en los que le tocó compartir clubhouse con distintas figuras de peso y además lo enseño a cómo desenvolverse en un ambiente en ocasiones tan complejo como es un clubhouse, lo llevaron a convertirse en especie de ese enlace idóneo entre directiva y peloteros, e inadvertidamente también generó dividendos a la causa capitalina.
En diversos discursos de grandes luminarias con las que contó la escuadra avileña en lo extenso del certamen, su nombre fue un lugar común. Sentirse amparados por una persona que conoce a la perfección los gajes del oficio, de algún modo le concedió a los jugadores una mayor confianza y tranquilidad, expuesta sobre el terreno de juego con un rendimiento notable desde principio a fin.
“No se trató nunca de mí, todo esto es parte del compromiso de ellos (peloteros) para venir a hacer parte de esta bonita historia que acabamos de escribir. Fue un trabajo en conjunto, en el que todos hicieron un excelente aporte. Desde la oficina, el cuerpo técnico, los doctores, los clubby. Cada uno puso su granito para obtener esta gran recompensa”, manifestó el zurdo, uno de los dos jugadores que habitaron dentro de la cueva melenuda que había estado presente en el último título caraquista.
Precisamente sobre lo que significó para él volver a ser parte de la obtención de un campeonato, ahora en otra faceta, Gárate reconoció que si bien al final la satisfacción es la misma, hay una diferencia marcada entre ambas funciones.
“No es lo mismo estar lanzando en un montículo, sabiendo que todas las cosas están en tus manos a que estés viendo el juego desde afuera, sin saber qué hacer. Además tampoco es tarea sencilla pensar en el que si de verdad construiste un equipo que fuera de campeonato. Se vive todo de manera distinta, aunque gracias a Dios aquí estamos, festejando de la misma manera”, expresó Gárate, que tuvo tres apariciones en la Gran Final 2009-2010 frente a Navegantes del Magallanes.