Créditos Imagen: Yonathan Perlaza | Foto: Carlos Castro
José Ángel Rodríguez Suárez | Prensa LVBP
Valencia-. Yonathan Perlaza no pierde de vista el objetivo ni permite que desilusiones recientes quiebren su espíritu. Su presencia desde el Día Inaugural con Águilas del Zulia es una de las razones por las que, en el nido, comienzan con optimismo renovado la temporada 2023-2024, a pesar de los constantes vientos de cambio en la organización.
El jardinero, de 24 años de edad, lideró la Liga Internacional (en Triple A) con 66 extrabases, alzando la mano a lo largo de toda la campaña en Estados Unidos para recibir un llamado al equipo grande de los Cachorros de Chicago, que no llegó. Aunque admitió el sinsabor por ver extendida la espera para su graduación en la Gran Carpa, es consciente de sus virtudes, y confía en ellas para ver cumplida la meta.
“El bate es mi fortaleza. Puedo batear para ambas manos, ser un bateador de promedio y también de poder. Ese es mi fuerte como jugador.”, se describió Perlaza, luego de shaggear (tomar elevados en la práctica de bateo) alrededor de 20 minutos en la pradera izquierda del Estadio José Bernardo Pérez de Valencia, previo al primer juego de la campaña, contra Navegantes del Magallanes.
El oriundo del Páramo Tucaní sustenta su autoradiografía con los sólidos promedios de .284/ .389/ .534 en 543 viajes al plato divididos en 121 juegos que compiló con el Iowa, en la reciente zafra. Culminó como colíder en dobles (40) en su circuito, además de tercero en carreras anotadas (100) y noveno en impulsadas (85), con la nada despreciable cifra adicional de 23 jonrones.
Perlaza tuvo un punto de inflexión en su carrera en el año 2021. Hasta entonces, no había acumulado más de 19 extrabases en una contienda como profesional (alcanzó ese número en 2016 en la Dominican Summer League), pero hizo ebullición al despachar 40 conexiones de múltiples almohadillas en Clase A avanzada, y luego se superó con 62 en 2022, en la categoría Doble A. Ese salto cuantitativo y cualitativo tiene su explicación.
“Lamentablemente, la pandemia para muchas familias fue algo catastrófico, pero para mí fue algo positivo, porque pude enfocarme tanto mental, como físicamente”, recordó el merideño sobre aquel certamen de 2020 en el que las Ligas Menores se paralizaron.” Recuerdo que, los venezolanos nos quedamos encerrados en República Dominicana seis meses, y durante ese tiempo me levantaba a las 6:00 am y trabajaba hasta las 10:00 am. A partir de allí, fui otro pelotero, y otra persona también”.
Aunque sabe que ha dado pasos de gigante en los recientes ruedos, se mantiene con la mirada fija en seguir puliendo aspectos de su juego, que le permitan ese anhelado ascenso a la Gran Carpa. Siendo la pelota rentada local de invierno una vitrina idónea para realizar esos ajustes.
“Vengo a trabajar un poco mi defensa. Yo no soy un jardinero natural, antes fui infielder”, recordó Peraza, que firmó como agente libre internacional en 2015 como campocorto, por un bono de 1,3 millones de dólares con los oseznos.” Y también vengo a ajustar mi paciencia en el plato, considero que esta es una excelente liga para trabajar esos aspectos en particular".
El andino terminó con una tasa de ponches de 21,9 % esta temporada en las fincas, por debajo del promedio de su liga (26,4 %); y la de boletos quedó en 14,0 %, superior a la de su circuito (11,83 %). Con el guante, finalizó con porcentaje de fildeo de .966 en 489.0 entradas como guardabosque izquierdo, y de .950 en 275.2 episodios como jardinero derecho. De hecho, 28 de los 121 compromisos que disputó fue como bateador designado.
Peraza será agente libre al finalizar la Serie Mundial, así que no tiene restricciones para su actuación con Águilas. Por su mente sólo pasa mantenerse en el sistema, dejando atrás las frustraciones de sentirse tan cerca de su arribo a la Gran Carpa, por su abundante cosecha inmediata.
“Quiero mantenerme en el beisbol organizado. Ese es el plan”, afirmó. “Seguiré trabajando para conseguir un buen contrato y tener mi oportunidad”.