Créditos Imagen: Franklin Barreto Fotos: A. van Schermbeek
Carlos Valmore Rodríguez | Prensa LVBP
Caracas.- Tiburones de La Guaira puso en marcha el proyecto Franklin Barreto para recomponer una gema fracturada a golpes. Los orfebres a cargo son el mánager Henry Blanco, el coach de banco Edgardo Alfonzo, el instructor de bateo Néstor Smith y el consejero de control de calidad, Kenny Díaz. El propósito de este comité es restituirle el mañana a quien fuera abanderado del futuro.
Los restauradores coinciden: si logran reparar su autoestima, Barreto será exhibido de nuevo en las exclusivas vitrinas del Big Show como sortija de compromiso con el porvenir. A los 26 años de edad, todavía se tiene tiempo.
A Barreto, alguna vez sembrado entre las 25 alhajas más preciadas para MLB, se le perdió el horizonte en la pandemia, cuando el infortunio taladró a este codiciado zafiro hasta cuartearlo. Contraer coronavirus fue lo de menos aquel macabro 2020. Al deslizarse sobre segunda base con los Angelinos de Los Ángeles, Barreto sufrió subluxación del hombro derecho y terminó tasajeado por el bisturí. Durante el Spring Training de 2021 presentó inflamación del codo diestro y se cayó del roster inaugural de los Serafines. Pronto se sabría que el ligamento colateral estaba roto. Barreto volvió a pabellón para someterse al procedimiento Tommy John. Un año perdido.
Las corrientes de 2022 lo arrimaron a las costas de Houston. Su bate, felón, lo apuñaló por la espalda: .162 de promedio, .259 de porcentaje de embasado, .274 de slugging, .533 de OPS en 241 turnos con la estancia Triple A de los texanos. El 8 de agosto se fue para la calle, pero sin nada que celebrar. Fue esa la fecha cuando ingresó a las filas del desempleo porque Houston lo cesanteó.
Ese es el Franklin Barreto que llegó a La Guaira para la zafra 2022-2023 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Si los Tiburones logran que el petareño recuerde cómo pegarle a las rectas adentro, las perspectivas mejorarán significativamente. Para eso, debe creer en sí mismo. “Queremos que recobre la confianza”, apunta el mánager, Henry Blanco.
“Creemos que podemos recuperar al Franklin Barreto de hace cinco años”, asegura Blanco. “Es un muchacho con mucho talento, fuerza y excelente disposición. Lo hemos visto dar unos tremendos batazos y también irse hacia el rightfield. Entre todos los estamos ayudando y él pone de su parte”.
Uno de los proyectistas a cargo es Edgardo Alfonzo. Desde su etapa neonatal en los Mets de Nueva York, Alfonzo hacía un swing de tal pureza que servía de ejemplo a los grandeligas de la organización. Ahora es lugarteniente de Henry Blanco en La Guaira, aunque saca tiempo para orientar a un toletero en apuros.
Franklin Barreto liga para .231 (13-3), pero sus tres hits son extrabases (doble, triple y jonrón)
“Lo importante con Barreto es trabajar la parte mental”, asevera Alfonzo, Bate de Plata y All Star en su carrera de 12 campañas bajo la Gran Carpa. “Por todo lo que le ha pasado, Franklin ha perdido un poco la confianza, pero buscamos que la recupere. Siempre le recalcamos que tiene la capacidad de jugar y esperamos rescatarlo. Le gusta escuchar, tiene el talento y le gusta trabajar. Eso es importante”.
Una vez que Barreto se tenga fe, viene la siguiente fase del plan: hacerlo reaccionar a tiempo frente a las bolas rápidas y pegadas. “Eso es lo que estamos trabajando con él”, afirma Blanco. “Kenny está suministrando valiosa información para que pueda contestarle a las rectas adentro”.
El puertorriqueño Díaz es coordinador de video y tecnología en la casa matriz de los Nacionales de Washington. César Collins, gerente general de los Tiburones, lo trajo como coach de control de calidad por recomendación tanto de Henry Blanco como del adiestrador de pitcheo Ricky Bones, quienes han visto de cerca la labor del boricua en los Nats. Díaz ha estudiado el caso Barreto y formuló su diagnóstico: Barreto demora en hacer swing porque piensa en exceso en vez de reaccionar.
“Él viene de dos organizaciones, los Atléticos de Oakland y los Astros Houston, que proveen mucha información al jugador; y algunos peloteros no logran procesarla porque es demasiada”, sostiene Díaz. “Lo que está pasando con Barreto es que se para en la caja de bateo y empieza a pensar: ‘viene esto, viene lo otro’. Nosotros le decimos: si puedes reaccionar a la recta y esperar el rompiente, hazlo. Espera la recta y reacciona al rompiente, o al revés. Franklin tiene manos rápidas y fuerza para sacar la bola. Puede hacer lo que quiera si confía en sus potencialidades. Le damos información que le sea verdaderamente útil, sin embotarlo”.
Alfonzo y Smith lo están asesorando para optimizar su timing. “El timing es la capacidad del bateador para alistarse en cuanto el pitcher comienza su mecánica de lanzamiento”, dice Alfonzo. “Cuando pierdes eso empiezas a pelear contigo mismo. Hemos visto videos del pasado y notamos que Barreto empieza el swing un poco tarde y por eso le ganan”.
“Cuando Barreto está a tiempo con la recta es un bateador totalmente diferente”, sostiene Alfonzo. “Debemos ayudarlo a prepararse cuando el pitcher suelta la bola. Si lo hace tarde empieza a bajar el swing, a hacer swing largo pensando que no le puedes llegar a un pitcheo adentro”.
Para el responsable de monitorear el bateo en Tiburones, Smith, las manos rápidas de Barreto lo ayudarán a salir del atolladero. “Pero primero debe confiar en esas manos, conocer sus fortalezas, que de sus debilidades nos ocupamos los técnicos”, interviene Smith. “Cuando un pitcheo viene del medio hacia adentro, el bateador debe reaccionar y llevar la bola del center al left. Barreto lo hizo en estos días. Se quedó cerrado y sacó la bola lejos por el centerfield. Esa es la importancia del timing: estar listo cuando el pitcher inicia el movimiento de manera que su pie de ataque ya esté en el piso mientras identifica qué envío viene y así resolver. Haciendo eso, Barreto será un jugador de gran importancia para nosotros, porque es un grandeliga y está en excelentes condiciones físicas. Solo falta acondicionar la parte mental”.
Barreto tiene la virtud de servirse de la banda opuesta, una respuesta para el monticulista que dispara hacia el exterior de la zona de strike. “Es un bateador completo, de fuerza, que puede darle para los callejones. Pero también sabe usar la banda contraria”, dictamina Edgardo Alfonzo. “Algo que hemos trabajado con él es que no tenga un solo swing, sino varios swings, dependiendo de si el pitcheo es adentro o afuera”. Lo dice también Díaz: “Cuando usa el terreno completo, le va bien, y tiene el complemento de las piernas para ganar almohadillas adicionales”.
El alto mando de La Guaira estima que Franklin Barreto es un pelotero clave para el club
Collins cree que, aún con la llegada de varios infielders cotizados a La Guaira, entre ellos Brayan Rocchio, Ehire Adrianza y Yolmer Carlos Sánchez, Barreto puede ser un elemento valioso de aquí en adelante. “Ha estado jugando en segunda, pero puede hacerlo en los jardines, que es donde mejor se ve. Ha mejorado mucho su defensa”, considera el gerente general de los litoralenses.
El pelotero da el paso al frente. “Aunque me gusta jugar en segunda, y me gustaba ver a Roberto Alomar haciendo dobleplays con Omar Vizquel, estoy dispuesto a jugar en cualquier posición”, declara.
Barreto está poniendo de su parte para que el proyecto de reencauzamiento de su carrera llegue a feliz término. “He trabajado mi preparación física para mantenerme sano”, dice este pelotero que ha subido a Grandes Ligas en cuatro temporadas. “También me enfoco en mejorar mis turnos, mi zona de strike, hacer swing a buenos pitcheos”.
Barreto es agente libre en Estados Unidos, pero primero, lo primero. “Por ahora enfocado en lo que estoy haciendo aquí”, expresa. “Con un buen trabajo acá se abrirán puertas afuera. Esta liga es importante porque sigue teniendo buen nivel, un poco más alto esta temporada por la presencia de más grandeligas y lanzadores con mucha experiencia. Va a seguir siendo buena para hacer ajustes”.
“Ahora estoy contento de estar en mi ciudad, cerca de mi gente, para que mi familia pueda venir a verme”, dice el prospecto de ayer que todavía piensa en mañana. “Confío plenamente en mí, sé lo que puedo hacer”, decreta. “En los últimos años, las lesiones me han frenado, pero estoy aquí, con ganas de seguir jugando pelota y demostrar que todavía queda Franklin Barreto”.