Créditos Imagen: Luis Arráez | Foto: Miami Herald
José Ángel Rodríguez | Prensa LVBP
Caracas.- Cuando Luis Arráez toma un turno al bate da la impresión de ser un jugador vintage. Un bateador perteneciente a otra época. Lo dicen sus compañeros, rivales, técnicos, y también la analítica, esa herramienta tan útil y beneficiosa para las organizaciones de Grandes Ligas en la actualidad, pero que no favorece al venezolano en algunas áreas.
De acuerdo con Baseball-Savant, portal oficial de la Gran Carpa en el que se puede detallar la recopilación de los datos de Statcast, el jugador de cuadro de los Marlins de Miami en lo que va de campaña está por debajo del promedio de todo el beisbol en porcentaje de barrels (2.0 por 6.8 %), velocidad de salida (87.8 por 88.4), y porcentaje de contactos duros (20.8 por 36 %).
Sin embargo, ninguno de esos guarismos avanzados ha evitado que Arráez sea uno de los toleteros más espectaculares de observar en cada aparición al plato, siendo líder en promedio al bate (.383) y OBP (.436) de todo el Big Show, hasta antes del inicio de la jornada del martes, con una sólida diferencia en relación a sus más inmediatos perseguidores.
“Él tiene una habilidad única para hacer contacto”, dijo Brant Brown, coach de bateo de los floridanos, al Miami Herald. “Es una habilidad única en la forma en que ve la pelota y luego, obviamente, también una habilidad única para trabajar por dentro de la pelota”.
De hecho, el yaracuyano de 26 años de edad se encuentra en el percentil 100 de whiffs (swings fallidos) y también en el de ponches, lo que se traduce en que su capacidad para golpear la bola es élite, casi irreal. Este año se ha ponchado sólo el 5.2 % de sus turnos, siendo 22.1 % el promedio de Las Mayores.
“El muchacho puede batear cualquier lanzamiento. Siempre está en un buen conteo. Se siente como si siempre estuviera adoptando un enfoque de dos strikes sólo por la forma en que actúa allí”, explicó el mánager Skip Schumaker. “No hay pánico. Él está listo para ir en cualquier momento. Creo que lo más impresionante es la forma en que manipula el barrel (la parte gruesa del bate). No importa si es un envío alto o bajo, de poca velocidad. No importa”.
Arráez hala hacia la banda derecha el 32.9 % de sus conexiones, dirige al centro el 37.6 %, y golpea hacia el campo contrario, el de la izquierda, 29.5 % por ciento de las veces. El mote de “La Regadera” tiene todo el argumento en su excelsa capacidad para despachar incogibles a todos los espacios del terreno.
“Todo el mundo espera de él un hit. Hace que parezca fácil. Es increíble la forma en que colecciona imparables. Es difícil de hacer”, explicó su cofrade Jean Segura. “La gente sigue mencionando y hablando de 'Oh, su (baja) velocidad de salida' y lo que sea. Es uno de los mejores por una razón. Espero que siga haciendo eso y tenga éxito. El chico ha tenido una gran carrera. Tiene grandes habilidades para batear pelota. La forma en que lo ha estado haciendo durante toda su carrera, es increíble lo talentoso que es”.
El miércoles de la semana pasada se convirtió en el venezolano número 77 en alcanzar los 500 inatrapables como grandeliga. Entre los jugadores activos es el sexto que menos juegos necesitó para lograr el hito sólo detrás de Bo Bichette (407), Mookie Betts (408), Mike Trout (423), José Altuve (426), Whit Merrifield (426) e igualado con José Abreu (428).
“Son muchos hits, pero necesito seguir jugando”, advirtió Arráez. “Quiero más. No sé cuántos, pero quiero más”.
EL DATO
Luis Arráez tiene un porcentaje de whiffs de 6.5 % en la temporada, el más bajo de las Grandes Ligas. Quienes más se le acercan son Nico Hoerner (Cachorros de Chicago) y Steve Kwan (Guardianes de Cleveland) con 10.4 %. El año pasado, cuando ganó el título de bateo de la Liga Americana con los Mellizos de Minnesota, dejó 7.1 % de abanicados. Además, de los 62 hits que tiene en la temporada, hasta antes de la jornada del martes, sólo uno fue jonrón (la jornada que bateó la escalera) y otro fue triple, acumula 50 sencillos y 10 dobles.
