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Wilmer Reina | Prensa LVBP
Maracaibo.- Las Águilas del Zulia arrancaron la temporada presumiendo ser el único equipo de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional que ha estado presente de manera continua en las últimas siete postemporadas. Una cadena que hilvanaron gracias a un rendimiento notable en los dos primeros meses del campeonato, basado en el aporte de sus figuras criollas, factor que sirvió de soporte para asumir el resto del calendario.
También es cierto que una serie de factores se conjugó año tras año, para acelerar el fracaso del equipo rapaz una vez en el Round Robin.
En esta campaña varias circunstancias han adelantado la agonía zuliana, al punto de que aún no disputan el primer juego en diciembre y son escazas las posibilidades de darle continuidad a la seguidilla de apariciones en enero.
El margen de error de las Águilas es ínfimo en los 19 juegos que le restan en este campeonato, tomando en cuenta que se ubica a cinco juegos de diferencia de los puestos que podrían asegurar el cupo a la ronda de playoffs.
Pero no solo las matemáticas juegan en su contra. Son pocos los argumentos ofensivos que las Águilas han mostrado durante esta zafra para ser considerados candidatos serios al campeonato; más allá de eso el cuerpo monticular se ha mostrado intermitente a lo largo del calendario, en gran parte, debido a la vulnerabilidad defensiva.
REACCIÓN EN CADENA
El problema del Zulia inicia desde la estructura de su roster. Las ausencias de Freddy Galvis, Ender Inciarte y Sandy León, cambiado a los Tigres, han sido irreparables desde el punto de vista defensivo. Ni Darryl Kennedy y ni mucho menos, Chris Tremie, lograron establecer una línea central sólida en el equipo.
Zulia ha confrontado muchos problemas con su línea central
Las Águilas son el conjunto que más errores (56) han cometido en lo que va de campaña, una factor que se acentúa entre el campocorto, la segunda base, la receptoría y el centerfield, que colectivamente acumulan 36 pifias en el terreno.
La lesión de Alí Castillo jugó en contra de las posibilidades que tenían los zulianos de darle estabilidad al shortstop, ni Erick Salcedo, ni Franklin Barreto y ni Rainer Olmedo pudieron brindarle solvencia a la posición.
Más allá de la evolución del talento de Barreto como jugador, su juventud le jugó en contra en su primera experiencia en la LVBP, más aún cuando fue parte del eje del club en su rol como torpedero.
La apuesta por Mike Jacobs y René Reyes en la ofensiva fue efímera. Ambos zurdos no se adaptaron a las condiciones idóneas que se necesitan para ser productivos en un parque con las características del Luis Aparicio “El Grande”.
La dupla de toleteros apenas se pudo combinar para dos vuelacercas y 31 producidas, en 269 turnos al bate. La salud de las rodillas de Reyes jugó en contra de sus capacidades para defender la pradera derecha en el parque marabino, mientras que Jacobs prácticamente fue nulo con corredores en posición anotadora, con un pobre promedio de .186.
Pirela tiene un enorme peso sobre sus hombros
La falta de profundidad en el roster deja expuestos a Alex Romero y José Pirela como los únicos con las condiciones de cargar con la ofensiva aguilucha, una tarea titánica, tomando en cuenta los cambios constantes del lineup.
La llegada de Mark Minicozzi, Tyler Austin y Levi Michael, son la última carta que se juega la gerencia rapaz para tratar de darle un revulsivo a la toletería, que hasta ahora produce 3.8 carreras por juego.
La rotación también acarreó con parte de la responsabilidad. El cuerpo de abridores de las Águilas tiene marca de 4-20, con efectividad 4.09 y un promedio de 4.1 innings por apertura. Hay que tomar en cuenta que a los lanzadores estelares de las Águilas le han anotado 18 carreras sucias, la cifra más alta en la LVBP.
Stephen Fife, Miguel González y Eric Marzec dejaron marca de 1-11 en 20 salidas, con un porcentaje de carreras limpias de 4.10. Wilfredo Boscán, Álex Torres y Yeiper Castillo, siguen tratando de encontrar la consistencia que requiere este club para ser competitivo. Los tres brazos criollos no han contado con suerte. Colectivamente tienen una foja de 1-5 (3.06), en 11 inicios.