Créditos Imagen: Jumbo Díaz Foto: A. van Schermbeek
José Ángel Rodríguez | Prensa LVBP
Valencia.- Su nombre de pila es José Rafael, pero en el beisbol, pocos le conocen así. En cambio, si se hace referencia a Jumbo Díaz, de inmediato una sonrisa se dibujará en la mayoría de los rostros que alguna vez le han visto en Grandes Ligas, México, su natal República Dominicana, o ahora, por segunda ocasión, en Venezuela.
La incorporación del robusto lanzador de 1.93 metros de altura y más de 140 kilos de peso, era esperada no solo por Navegantes del Magallanes, equipo que anunció su incorporación para el Round Robin 2021-2022, sino también por todos aquellos amantes de la pelota que reconocen en él a una de las más notables figuras de los terrenos del Caribe en los últimos años.
Con 37 años de edad, repletos de carisma y sacrificio, Díaz vivió el mejor momento de su carrera en Tokio, durante el mes de agosto de 2021, cuando formó parte esencial de la primera selección de Quisqueya que subió al podio en unos Juegos Olímpicos.
“Para mí esa ha sido la experiencia más bonita que he vivido en mi carrera como beisbolista. Jugué Grandes Ligas, también el Clásico Mundial, gané Series del Caribe, pero nada se compara con ir a unos Juegos Olímpicos y obtener una medalla”, reconoció el relevista a LVBP.com, en referencia a la presea de bronce obtenida tras triunfar 10-6 sobre Corea del Sur.
El diestro, fue el encargado de sacar los últimos tres outs que sellaron la histórica actuación dominicana en el Lejano Oriente, superando con creces el sexto lugar en Barcelona 1992.
“Fue muy emocionante estar allí con los mejores atletas del mundo, ser parte de unas olimpiadas es algo que no tiene explicación. He estado en grandes eventos, pero a ninguno lo comparo con ese triunfo. Quedará marcado en la historia; mis hijos, mis nietos, todos van a recordar que Jumbo Díaz fue medallista olímpico”, expresó con visible orgullo y satisfacción.
Esa definición de la gesta olímpica se acrecienta si se toma en cuenta que la trayectoria del serpentinero en el deporte sufrió varios traspiés a lo largo del tiempo. Su debut como ligamayorista con los Rojos de Cincinnati no se dio hasta el 2014, cuando ya contaba con 30 años, 13 calendarios después de su firma como profesional.
Hasta cuatro cirugías en el brazo de lanzar, incluida la Tommy John, postergaron el sueño de la Gran Carpa, en la que se mantuvo durante cuatro zafras hasta 2017, la última con los Rayas de Tampa Bay. En total, actuó en 168 innings, repartidos en 173 apariciones, con récord de 4-7 y efectividad de 4.02.
Jumbo Díaz (centro) sacó los últimos tres outs del triunfo que le dio el bronce a Quisqueya en los JJ.OO
Durante el último lustro, se ha convertido en una versión adaptada sobre la loma del “Pelotero de la Patria”, en recuerdo de la época dorada de Miguel Tejada, en la que participaba con frecuencia en LIDOM y representaba al país en cada Serie del Caribe.
En el caso de Díaz, son tres los clásicos caribeños en los que ha participado de forma consecutiva, siendo campeón en las dos últimos. Incluso, en la más reciente, estuvo a punto de no viajar debido a un falso positivo de Covid-19, teniendo que pagar su propio vuelo a último momento para reportarse con las Águilas Cibaeñas, en el primer juego en Mazatlán, México.
“Son logros que se suman al librito de mi carrera. Me siento contento porque es parte del trabajo que he venido haciendo en los últimos años. Siempre me sentiré afortunado por tenerlos”, admitió.
El apagafuegos regresa a los parques venezolanos luego de su breve pasantía de solo una presentación con Leones del Caracas en la postemporada 2013-2014. La oportunidad es propicia para el reencuentro con Alejandro de Aza, con quien mantiene una estrecha amistad más allá de las rayas de cal.
“Somos del mismo pueblo en La Romana, su papá y el mío fueron buenos amigos porque trabajaron juntos en la misma empresa. Alejandro de Aza para mí no es un amigo, es un hermano, desde pequeño cuando firmamos con los Dodgers”, confesó, sobre ese paso al profesional en conjunto con el patrullero en 2001.
La última vez que habían compartido equipo fue en 2004, en la sucursal clase A de los californianos en Columbus, hasta el domingo, cuando Díaz ingresó en el roster nauta y debutó frente a Tigres. En el viaje de regreso en autobús desde Maracay, los paisanos tuvieron tiempo de rememorar anécdotas luego de 17 años sin remar para la misma causa.
El aporte que la divisa del Cabriales tiene como expectativa con el taponero, lo buscan no solo sobre el montículo, sino dentro del clubhouse, donde esperan pueda tomar confianza con la mayor rapidez posible, para sumar con su energía y experiencia a la Carabela.
“Cuando firmé tuve la oportunidad de ver peloteros como Odalis Pérez, el difunto José Lima, Rafael Furcal, un sin número de jugadores que me dieron consejos y dije que cuando fuese grande, quería ser como ellos, tratando de ayudar a las personas con buenos consejos”, recordó.
“Me disfruto el partido al máximo, trato de siempre ser alegre, sacarles una sonrisa a los compañeros en los peores momentos, trato de ser esa persona que esté ahí poniéndote la mano en el hombro como una familia”, enfatizó. “Eso hace que donde quiera que llegue las personas me quieran y valoren, con ese concepto de mí, que soy un buen compañero, lo que me hace sentir muy orgulloso”, finalizó.
Esa forma de ser de Díaz, tiene un influyente directo: su padre; quien a pesar de no llegar a ser un beisbolista profesional, sí pudo destacar como amateur. He allí el amor de Jumbo por la pelota y la vida relacionada a ella. Sabe disfrutarse sus momentos.
Jumbo Díaz es un asiduo refuerzo de República Dominicana en la Serie del Caribe
EL DATO
Jumbo Díaz estuvo con Toros del Este desde el año 2004 -cuando fue seleccionado en el decimotercer turno del Draft de Novatos de la Liga de Beisbol Invernal de la República Dominicana- hasta 2017. Entre 2018 y 2019 jugó para Estrellas Orientales y desde 2020 pertenece a Leones del Escogido. Se tituló campeón en la 2010-2011 (Toros) y en la 2018-2019 (Estrellas), pero es un asiduo refuerzo de su país en la Serie del Caribe. En Mazatlán 2021 fue clave en el bullpen de Águilas Cibaeñas, que se coronó invicto con récord de 7-0.
