Luis Ávila: “Perder siempre es difícil”

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Créditos Imagen: Foto: AVS PHOTO REPORT

 

Andriw Sánchez Ruiz | Prensa LVBP

 

Caracas.- Un manso elevado decretó a eliminación de los Leones del Caracas. Sin querer ese batazo al jardín central del Estadio Universitario, atrapado por un alegre guante de Bravos de Margarita, hizo una parábola similar a los melenudos: llegó a lo más alto del cielo, como lo hizo el equipo con el favoritismo en las hipótesis, y comenzó a caer a gran velocidad para simplemente terminar domado.

Desde el 18 de octubre comenzó la agonía, cuando los capitalinos aterrizaron en los últimos tres puestos de la tabla. De allí no saldrían nunca más, a pesar de algunos picos de buen rendimiento. El 15 de noviembre compartieron el foso con Tigres de Aragua.

El pitcheo no le funcionó. Si bien hubo una mejora en las últimas tres semanas, fue tan empinada la crisis de lanzadores que, sin contar el juego de este jueves, todavía tenían una efectividad de 4.63, la segunda peor del circuito.

El bateo, su arma fuerte en el primer mes, mermó. Amanecieron con .270 de average cuando había hombres en posición anotadora, el tercer número más bajo en el torneo. Pero el verdadero mal fue la defensa. En 62 encuentros, el Caracas cometió 75 marfiladas, cifra tope en la liga.

De hecho, la debacle definitiva fue un error en un decisivo enfrentamiento contra Águilas del Zulia. Al sumar todos los departamentos se encuentran pecados capitales, sin contar los problemas que se ventilaron entre un grupo de jugadores y el cesanteado manager Alfredo Pedrique.

“Cuando no hay química entre el cuerpo técnico y el plantel de jugadores es difícil ganar. Fue pública la inexistencia de ese necesario acoplamiento”, explicó Luis Ávila, presidente del club. “El pitcheo a principios de temporada falló mucho, con una efectividad alta a pesar de contar con Seth Frankoff, para entonces líder en efectividad. Luego el pitcheo intermedio y la defensiva resultó la peor del torneo”.

Después de campañas con promedios de .360 y .332, la manada avileña esperaba mucho del cubano Félix Pérez, quien si bien despertó en las postrimerías del campeonato, no pudo terminar de levantar cabeza y cerrará la 2016-2017 con un average por debajo de .240.

“Esperábamos más de Félix y de Henry Urrutia, pero cuando en una temporada tienes como importados al que hasta su salida fue el mejor abridor, como Frankoff, y a un bateador con perfil de líder en average, como Yandy Díaz, no sería apropiado decir que la importación no sirvió”, argumentó Ávila. “La salida temprana de Nyjer Morgan afectó, y el fracaso de Mark Montgomery trajo problemas. Los otros abridores importados, con la excepción de Luke Irvine, no estuvieron a la altura”.

Tras el despido de Pedrique, el coach de primera base Yorvit Torrealba asumió las riendas del conjunto.

“Hizo un trabajo muy aceptable, y más recibiendo al equipo en condiciones anímicas inapropiadas”, evaluó la máxima autoridad melenuda. “Es temprano para tomar una decisión acerca de si será o no el manager en la próxima temporada, pero con seguridad quisiéramos que estuviera en nuestro cuerpo técnico”.

¿Existen aspectos positivos que se puedan sacar de la temporada caraquista? Ávila cree que sí, a pesar de que afirmó que “perder siempre es difícil. Hay quien dice ¿por qué no cambiaron a fulano? Pero si no se da un cambio apropiado no tiene sentido hacerlo. Los cambios se hacen por decreto unilateral”, expuso el presidente. “Los tres cambios hechos: Wilfredo Tovar, Anderson De La Rosa y Félix Carvallo rindieron acorde a lo esperado y lo seguirán haciendo en el futuro. Hay que tomar experiencias de los errores. La integración del cuerpo técnico con los jugadores y la divisa es fundamental”.

 

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