Créditos Imagen: Domingo Álvarez Fotos: AVS Photo Report
Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Caracas.- Domingo Álvarez ha tratado de procesar el cúmulo de sensaciones por las que ha atravesado desde el viernes, cuando la Junta Directiva de la LVBP y los ocho equipos anunciaron, de manera oficial, que la Temporada 2022-2023 se jugará en su nombre, como un merecido homenaje a su trayectoria de casi tres décadas en la gerencia general del circuito.
“Ha significado un alto impacto, desde el punto de vista emocional. Estoy abrumado por la cantidad de felicitaciones, de cariño de gente que ha aparecido de todos lados, que me llama, me deja mensajes. No tengo como agradecerles a todos, pensaba que tenía tiempo para contestarles, pero la realidad ha sido otra”, señaló Álvarez, desde su residencia en Atlanta, Georgia, a la LVBP.com.
Como periodista, que cubrió la fuente desde los años 70, encontró un símil con la pelota, para explicar su emoción.
“En la entrevista que me hicieron en Meridiano, dije que el anuncio era también de impacto beisbolístico. Lo camparé con una de las tantísimas emociones que produce el beisbol y son los batazos que deciden los juegos y, pensándolo hoy mejor (sábado), cualquier batazo que signifique algo positivo relacionado con el equipo de un fanático, en el que uno puede pegar gritos, saltar o hasta subírsele la tensión”, sonrió el reputado ex ejecutivo de la LVBP.
El homenaje del que será objeto, completa un recorrido que comenzó años atrás, cuando crecía en el oriente de Venezuela.
“Sí. Es algo muy significativo, porque el beisbol me gusta desde niño, por circunstancias, que llevaría mucho tiempo describirlas. Pero desde que fui por primera vez a un parque, me gustó y comencé a seguirlo. Antes de llegar a Caracas, en 1967, era asiduo escucha de las transmisiones beisboleras, porque siempre viví en el oriente y era difícil poder ver a los equipos de la liga, aunque se presentaban ocasionalmente. Recuerdo un cátcher de Tiburones, muy buen bateador. Conectó un jonrón en línea impresionante, era algo que no había reparado en la posibilidad de su existencia, que nunca había visto en aquellos años. Se llamaba John Bateman y en el Estadio Venezuela (Barcelona) sacó la bola de una manera, de la que todavía estoy impresionado”.
Junto con las figuras de la LVBP, Álvarez seguía de primera mano el beisbol amateur, algo que le convirtió en toda una autoridad al momento de precisar detalles sobre esa pelota romántica, ahora desaparecida.
“Estaba acostumbrado a ver el beisbol aficionado, que era muy importante, de altísima calidad, en el que figuraban jugadores de la talla del Tata Maya, La Manca López, William Troconis y hasta Luis Peñalver en sus comienzos”, apuntó. “Todo eso me hizo meterme de lleno en la pelota, aunque sin ser un fanático de esos que, si no te dan la razón, batallas hasta que te la otorgan. Entonces cuando fui a Caracas a estudiar, me vinculé con el beisbol de la manera que mejor pude y fue a través del periodismo, a través de El Impulso y El Nacional, después en radio y televisión”.
En el Nacional trabajó con uno de los grandes del periodismo deportivo venezolano, Rodolfo J. Mauriello. Antes había estado a cargo de la corresponsalía de El Impulso, junto con Gerardo Oviedo, otro respetado comunicador.
En paralelo formó parte de los circuitos radiofónicos de Cardenales de Lara y después de Leones del Caracas, en los que fue un innovador en los comentarios finales.
“Comencé a hacer repeticiones, precariamente, cuando trabajé con Cardenales. Grababa cuando (Alfonso) Saer estaba narrando. Simplemente, le ponía el grabador. No salía muy bien, pero trataba de hacerlo”, rememoró. “Con Leones fue diferente. Con el conocimiento de Pedro Marrero y un grabador mucho más avanzado, grababa directamente de lo que salía al aire y quedaban muy buenas, cuando las reproducía. A la gente le gustó y lo seguí haciendo. El director de YVKE Mundial, que durante un tiempo transmitió los juegos de Leones, decía que los comentarios finales eran un ladrillo para el oyente, entonces me traje la idea de Cardenales y quedó satisfecho y me decía que tenía que hacer repeticiones todos los días”.
Domingo Álvarez fue condecorado por su labor, durante la celebración de los 70 años de la LVBP
Luego de una estadía de 11 meses en El Globo, para dirigir su transición digital, Álvarez recibió una llamada de Oscar Prieto Párraga, gerente general de Leones, de parte de Humberto Oropeza, jerarca de Cardenales, y Jaime Benítez Arreaza, presidente de la LVBP, para que se uniera al alto mando del circuito. Era el año 1993.
“En mi trayectoria en la liga, que fue de 28 años, se consiguieron muchas cosas. Los dueños de los equipos fueron muy condescendientes, amables, me trataron muy bien siempre, incluso en mi salida, me trataron con mucha consideración. Yo pensaba que eso era suficiente para el servicio que había prestado… Entonces llega el homenaje, que no me lo esperaba”, agregó.
Álvarez cuenta los días para regresar a Venezuela y reencontrarse con sus querencias. Antes, seguirá asistiendo regularmente al Truits Park para ver los juegos de los Bravos de Atlanta.
“No me desligo de lo que me gusta. Ahora veo las Grandes Ligas en vivo… Me gustaría enviar un saludo a todos los que me acompañaron en la liga y a los que están en este momento. Extraño las conversaciones, recordar anécdotas, aunque cuando uno apela a la memoria, siempre hay que confirmarlo… Uno se sentaba a hablar, de lo humano y lo divino, comenzando por el beisbol y luego seguíamos con cualquier tema de actualidad. Me iré unos días a Venezuela, para atender la gentiliza de la junta directa, a los miembros de los equipos, para saludad a los viejos y nuevos amigos”.