Cuadrado pone al servicio de Magallanes todo lo aprendido en Japón

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Créditos Imagen: Romer Cuadrado Foto: Elio J. Miranda

 

Rayner Rico | Prensa LVBP

 

Caracas.- Durante las últimas décadas, se ha vuelto frecuente el éxodo masivo de talento venezolano hacia el beisbol asiático, primordialmente para la principal liga de Japón, considerada la segunda mejor del mundo, solo por detrás de MLB. Dentro de ese nutrido grupo que ha tomado como destino la “tierra del sol naciente” existe un factor en común: la mayoría lo hace en las postrimerías de su carrera, cuando ya no goza de oportunidades en la Gran Carpa.

Aunque existen otros casos más reducidos de quiénes lo hacen apenas en el inicio de su trayectoria como profesional, en búsqueda de más oportunidades de las que venían teniendo en Estados Unidos y, a su vez, conservar un nivel de competencia elevado, además de optar por contratos jugosos, incluso mayores a los que alguna vez pudieron aspirar en el sistema norteamericano.

El más reciente dentro de la lista de este último conglomerado es el jardinero Romer Cuadrado, quien por un pasaje fue ponderado como un prospecto de los Dodgers de Los Ángeles, pero que nunca pudo consolidar dicho estatus, por diversos causantes; entre ellos la poca producción con el madero, a pesar de que fue su principal argumento al momento de su firma.

Ni siquiera un par de intervenciones en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) con el conjunto Leones del Caracas, con el que deslumbró a tal punto de ser considerado al premio Novato del Año en la edición 2020-2021, lo ayudaron a trascender en el sistema de Ligas Menores de las Grandes Ligas.

“Simplemente no se me dieron las cosas. Traté de hacer todo lo que estuvo en mis manos, pero no pude ganarme ese ascenso que siempre buscamos todos los que firmamos con un equipo de Grandes Ligas”, exclamó el espigado jugador, de 25 años de edad.

Para este año 2022 el destino le deparó a Cuadrado un doble cambio de aires, después de que los melenudos lo enviaron vía canje a Navegantes del Magallanes y de que recibiera una oferta de los Leones de Seibú, organización nipona, para ser nuevo integrante de la legión criolla en el circuito de dicho país, la cual no titubeó en aceptar, como una medida personal para seguir creciendo como jugador.

En su primera experiencia en Asia, al monaguense tampoco le fue del todo bien, o al menos no en cuanto a estadísticas refiere. En la filial de Seibú (Liga del Este) participó en 56 encuentros, en los que arrojó .226 de average, con seis jonrones y 24 impulsadas y un bajo .641 de OPS (porcentaje de embasado más slugging), guarismos muy por debajo de lo que esperaban de él al otro lado del globo terráqueo.

“El beisbol japonés, es muy distinto a los que venía jugando. Es mucho más rápido, más bateo y corrido, más toque de bolas. A nosotros los extranjeros nos exigen mucho los batazos de largo alcance, extrabases, cuadrangulares, dobles. Al final toca adaptarse de la mejor manera y cumplir con lo que te piden”, contó el patrullero sobre la experiencia en la Nippon Professional Baseball (NPB).

Si bien los números no son los más llamativos, no todo fue negativo para Cuadrado en Seibú. O así lo considera el propio jugador, quien puso a prueba su raciocinio para mejorar aspectos que en el pasado le significaron un problema.

Para Cuadrado su poder al bate venía siendo proporcional a su vulnerabilidad, sobre todo frente a los pitcheos quebrados, mismos que atentaron contra su evolución en la granja de los Dodgers e incluso le causó inconvenientes en la LVBP con el Caracas. En seis campañas en las filiales de Los Ángeles, totalizó 555 ponches en 1.739 apariciones legales en el home plate, para un promedio de 3,2 por cada 10 turnos. Mientras que con Leones arrojó un porcentaje de 3,03 de strikeouts por cada 10 comparecencias en la goma, tras registrar 80 veces abanicadas en 264 chances.

“Allá hay lanzadores que no usan tanto la velocidad de sus envíos, sino más la localización y el movimiento de la pelota. Trabajé incluso en máquinas de lanzamientos rompientes que tienen ellos. Eso, más la ética y la disciplina con la que se manejan los equipos e incluso toda la liga, sin dudas ayuda a uno a mejorar”, detalló Cuadrado, al tiempo que esbozó que en cuanto a su fisionomía también hubo resultados de mejoras. “Gané masa muscular. Ellos siempre tratan de mejorar las condiciones y el aspecto físico de sus peloteros”.

 

Romer Cuadrado inicia una nueva etapa en la LVBP con el Magallanes

Con todos estos argumentos a cuestas, el atleta se subió a la nave turca y llegó con la disposición de poner todos los aprendizajes al servicio de su club, para ayudarlos a revalidar el título, pese que fue inesperado tener que ataviarse de filibustero.

“Finalmente estoy aquí listo para aportarle al equipo todo lo que esperan de mí. Confieso que al principio me fue difícil asimilar que había sido cambiado, pero son cosas que escaparon de mis manos. Aunque ya creo que estoy en esa etapa de madurez para asumirlo y como le he venido diciendo, eso no me quita el enfoque para salir a dar el cien por ciento cada vez que me den la oportunidad”, señaló, quien en el pasado reciente se había confesado seguidor de la escuadra capitalina, de la que ahora es uno de sus “archirrivales”.

 

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