Créditos Imagen: Ramón Flores | Foto: A. van Schermbeek
Joseph Ñambre | Prensa LVBP
Caracas.- La temporada 2022-2023 no ha sido positiva para Ramón Flores. El rendidor jardinero experimenta un letargo ofensivo poco usual para alguien que en la justa 2021-2022 conquistó el título de bateo con un alto average de .416, luego de sonar 67 hits en 161 turnos, consumidos a lo largo de 48 encuentros.
En esta contienda de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) no ha podido exhibir consistencia empuñando el madero. Este miércoles amaneció con promedio de .234 (64-15) en 18 juegos.
Eso lo ha obligado a buscar mecanismos para salir del slump, pues está dispuesto a realizar los cambios necesarios en su swing con el fin de retomar el nivel de otrora, algo que necesita Bravos de Margarita para ser un legítimo aspirante a pasar al Round Robin. El cañonero zurdo sabe cómo salir del mal momento y espera hacerlo en corto plazo.
“Lo único que uno debe hacer es apegarse a un plan a la hora de batear. Hay que tratar de tener buenos turnos y darle bien a la bola”, explicó el beisbolista nacido en Barinas que interviene en su octavo torneo en la LVBP, donde es dueño de una media al ataque vitalicia de .321, en más de 1.000 apariciones legales.
Flores, outfielder con experiencia en la Major League Baseball (MLB), se define un analítico del beisbol. Siempre trata de repasar sus oportunidades en el plato y seguir un plan. Durante una reciente visita al Estadio José Bernardo Pérez de Valencia, se apreció cómo mantenía la vista fijada en las esféricas para apreciar su recorrido y esperar el momento ideal para chocarlas con más contundencia en los entrenamientos, previos a los careos contra Navegantes del Magallanes.
Mostró serenidad y soltura a la hora de realizar su swing, elementos propios de un pelotero decidido a mejorar su rendimiento en pro de colaborar con una escuadra insular que ostenta un récord de 7-11, solo por encima del colista Tigres de Aragua (4-14).
El martes, Flores ligó de 3-1 y negoció un boleto. Ahora, suma 12 bases por bolas por 10 ponches, además de un porcentaje de embasado de .351, muy cerca del promedio de la liga (.356), en tanto que es uno de los cinco toleteros del equipo, con al menos 10 anotadas. Estadísticas que hablan de su aporte, pese a estar por debajo de lo que se espera de un paleador como el barinés.
Pero, tal vez, su falta de explosividad (suma cuatro extrabases, tres dobles y un triple) haya influido para que Bravos contabilice 141 corredores dejados en tránsito, la quinta cifra más elevada del certamen.
Algo que Flores espera que cambie, o al menos desde su parcela mejorar su número de empujadas, que es de apenas tres.
“Se nos ha quedado mucha gente en circulación y por eso se nos han escapado varios triunfos. Mis compañeros y yo trataremos de traer las rayitas, para facilitar el camino hacia las victorias”, señaló el llanero que totaliza 40 compañeros dejados en los cojines, la cantidad más elevada para cualquier miembro de los aguerridos en esta ronda eliminatoria. “Trabajaremos para hacer los cambios con el fin de ser más productivos como bateadores”.
Flores, que en el verano de 2022 prestó sus servicios para Diablos Rojos de México en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), opina que el nivel de los lanzadores en la temporada 2022-2023 ha mejorado, con respecto al año pasado. Una percepción que es respaldada por las estadísticas: la efectividad del circuito es de 4.30 en contraste con el promedio de 5.19 carreras limpias de la 2021-2022, el peor en los anales de la LVBP.
En general, el patrullero piensa que el talento joven y experimentado, con pasantías productivas en el sistema de MLB, ha hecho que la altura competitiva de la reunión invernal local sea una de las más altas de la post pandemia.
“La LMB y la LVBP se parecen un poco. Ambas son muy competitivas, pero en la LVBP los pitchers tienen un nivel más alto”, enfatizó Flores, de 30 años de edad, que con Diablos Rojos golpeó .382 luego de sacudir 110 incogibles en 288 oportunidades, repartidas en 78 compromisos.
Flores, quien en la pasada edición de la LMB contabilizó 18 tubeyes, cinco tripletes y 10 cuadrangulares además de 67 empujadas y 58 anotadas, les pidió a los fanáticos de Margarita que lo respalden, al igual que a sus compañeros, para cumplir la meta de clasificar a segunda ronda.
“Quiero que los fans de Nueva Esparta nos apoyen porque los Bravos no podemos jugar por ahora en Margarita, pero esperamos regresar a la isla en el futuro. Este año trabajaremos muy duro para superar la fase regular y avanzar a la postemporada”, remató el llanero que aspira a recuperar el ritmo ofensivo que lo llevó a ser el octavo y último miembro del club de los .400 en los anales de la LVBP.
Ramón Flores se esfuerza por mejorar su promedio ofensivo y producir más con el madero
EL DATO
Ramón Flores, quien disputó sus primeras cinco zafras de la LVBP con Tigres de Aragua y suma tres con Bravos de Margarita, tiene como prioridad regresar a la LMB en 2023, porque se sintió a gusto en las filas de Diablos Rojos de México. “Siempre hay posibilidades de probar suerte en otros circuitos, pero mi prioridad es volver con Diablos Rojos. Voy a ver qué pasa en el futuro, pero regresar al torneo azteca está en mis planes”, aseveró.
EN CIFRAS
Ramón Flores es uno de ocho peloteros que ostentaron averages de .400 o más en una zafra en la historia de la LVBP. Lo hizo en la justa 2021-2022, al conservar una media al ataque de .416. Los otros miembros del exclusivo club son el cubano Pablo García (Navegantes del Magallanes), con .403 en 1946, Víctor Davalillo (Leones del Caracas), con .400 en la 1962-1963, Dave Parker (Navegantes), con .406 en la 1976-1977, Bob Abreu (Leones), con .419 en la 1998-1999, Hernán Pérez (Tigres de Aragua), con .402 en 2020-2021, Danry Vásquez (Tiburones de La Guaira), con .414 en la edición 2020-2021, y Alí Castillo (Águilas del Zulia), con .430 en el campeonato 2020-2021.