Créditos Imagen: Ehire Adrianza Foto: Prensa Tiburones
Rayner Rico | Prensa LVBP
Caracas.- En los deportes, así como en la vida misma, existen personas predestinadas a estar e intervenir en el lugar y el momento exacto de un determinado acontecimiento importante; Ehire Adrianza es una de ellas.
El jugador ha sido catalogado como una especie de “amuleto”. Todo después de que dentro de su carrera como grandeliga haya aparecido en dos Series Mundiales y en ambas el equipo al que perteneció se consagró como campeón: Gigantes de San Francisco en 2014 y Bravos de Atlanta en 2021.
Vaya que se trata de un hecho curioso. Hay que estar “tocado” por la Diosa Fortuna para conseguir algo similar. De por sí, llegar y aparecer en una última instancia del beisbol de las Grandes Ligas ya resulta difícil, imaginen ir a dos y en ambas celebrar.
Tan notable es lo logrado por Adrianza, que, en la historia de la MLB, estrellas de la talla de Barry Bonds, Ken Griffey Jr., Sammy Sosa e Ichiro Suzuki no pudieron siquiera alcanzar dicha etapa, con todo y que a lo largo de sus carreras se encargaron de implantar múltiples récords.
Como si no fuera suficiente, en Venezuela alcanzó algo similar. En la campaña 2014-2015 intervino en su única Gran Final como integrante de Caribes de Anzoátegui y el resultado fue un título.
“Nunca se trató de mí solo, todos hicimos lo necesario en ese momento para lograrlo”, dijo “Ehirito” con una leve sonrisa reflejada en su rostro, cuando se le consultó acerca de dicha situación.
Esperado retorno
Bajo esta aura de buenas vibras y de energías positivas que lo envuelven, el toletero mirandino decidió regresar a los terrenos de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) para contribuir en lo que será su segunda etapa oficial como integrante de Tiburones de La Guaira.
“Me siento bastante contento de estar aquí de vuelta. Soy un hombre al que le gustan los retos y este es uno muy grande. Tenemos mucho talento en el equipo y todavía los que faltan por venir”, dijo.
La última vez que el polivalente atleta apareció sobre un diamante nacional fue durante la zafra 2016-2017, cuando todavía pertenecía a los aborígenes. Un año más tarde los salados lo adquirieron de vuelta (fue ficha del equipo entre 2008 y 2013), pero por múltiples motivos no pudo actuar, hasta ahora.
“Mis ganas de jugar con Tiburones son grandes. Duré cuatro meses lesionado en Estados Unidos y no pude actuar lo suficiente. Todo eso influyó en la decisión de estar aquí prácticamente desde el principio. También ayudó mucho el tremendo trabajo que hizo César (Collins). El hecho de que haya viajado a visitar a cada uno de los peloteros grandeligas, le deja a uno esa sensación de que se quiere hacer todo bien y en serio”, contó Adrianza desde las afueras del dugout de La Guaira, en lo que fue su segundo día oficial como miembro del equipo.
Con diferencia a sus pasantías anteriores, cuando se trataba solo de un joven que buscaba ganarse una oportunidad para estar a diario y a su vez cumplir con órdenes desde las organizaciones de MLB, el actual Adrianza viene sin restricciones y mentalizado en ayudar de la manera que sea.
“La mejor manera con la que le puedo pagar a ellos (directiva) la confianza que me están dando, es jugar al cien por ciento siempre. Estar preparado cada día para hacerlo bien dónde me necesiten; de hecho, hablé con ellos, que no quiero ser un jugador con una posición fija. Me gustaría moverme tanto por el infield como en el outfield, ya que eso me ayudará también a abrirme posibilidades en Estados Unidos”, mencionó el jugador, que debe esperar a que se termine la Serie Mundial para conocer su destino, debido a que se declarará como agente libre.
Sobre las expectativas generadas sobre su participación, así como las de un nutrido grupo de compañeros con jerarquía y sobre los que están cifradas grandes esperanzas para acabar con la sequía de títulos en La Guaira, Adrianza advirtió: “no soy ni seré yo solo, es el equipo entero los que necesitamos sacar a Tiburones adelante. No se trata de un Ehire Adrianza, de un Carlos Sánchez o de un Brayan Rochio. Tenemos que jugar por el nombre que tenemos en la parte de adelante de la camisa que es Tiburones. Olvidarnos de los egos, salir a jugar como lo sabemos hacer y creo que así podremos primero clasificar, que es la prioridad y después veremos cómo nos va en el Round Robin”.
Más que su mánager
Otro de los factores determinantes para que Ehire Adrianza se haya recargado de ilusiones y llegara aún más motivado al conjunto litoralense, es el hecho de contar con Henry Blanco como piloto del “proceso”. Ambos guardan relación más allá de los terrenos, incluso desde antes que Ehire pisara un estadio como profesional.
“Para nadie es un secreto que nos conocemos bien. Los dos somos de Guarenas. Mi papá y él son buenos amigos. Además, este año yo empecé con los Nacionales de Washington, donde él trabaja. Desde los Spring Training hasta la mitad de temporada nos mantuvimos hablando del equipo, entusiasmados, yo mostrándole mi disposición de ayudarlo para que todo nos salga bien”, contó.
El Dato
De por vida en la LVBP, Ehire Adrianza ostenta promedio al bate de .263, con .639 de OPS, cinco jonrones y 28 carreras impulsadas tras 338 turnos oficiales, repartidos en 110 juegos, 85 como titular. En su primera experiencia como salado apareció en 75 compromisos para .240 de average (.666 OPS), un cuadrangular y 13 remolques. Mientras que con Caribes actuó en 35 desafíos, con mejores cosechas que consta de .297 en su media de bateo, cuatro batazos de vuelta entera y 15 compañeros llevados al plato. En la final 2014-2015 con los indígenas contra Magallanes pegó 6 hits en 20 turnos, uno de ellos jonrón y empujó trío de anotaciones.