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Manolo Hernández Douen | LasMayores.com
Eduardo Escobar rindió tanto o más con el madero que la mayoría de los campocortos de la Liga Americana en la segunda mitad del 2015, por lo cual el dirigente de los Mellizos de Minnesota, Paul Molitor, sabe que cuenta con un aliado de altos quilates en el venezolano que puede defender varias posiciones del cuadro y los jardines.
Quizás el nativo de Villa de Cura, en el estado Aragua, no tenga los ribetes estelares de muchos de sus famosos paisanos establecidos desde hace años en las Grandes Ligas, pero ha sumado números envidiables a la ofensiva en años recientes.
En las dos temporadas previas al 2016, Escobar, con 66 dobletes desde el 2014, fue superado apenas por el jardinero dominicano Melky Cabrera (71) y el versátil Ben Zobrist (70) entre los ambidextros de las Mayores en ese departamento del ataque en ese lapso.
En cada una de esas dos campañas, Escobar disparó más de 30 dobles, convirtiéndose en el único ambidextro de la historia de los Mellizos capaz de hacer eso en contiendas consecutivas.
“En algún momento de las dos temporadas recientes, ‘Esco’ ha agarrado firmemente la posición de paracorto para quedarse fijo con ella”, expresó el dirigente de los Mellizos, Paul Molitor. “Es un personaje interesante por la forma como encaja en un equipo. Es un ambidextro con más poder de lo que la gente se imagina”.
“Es buen defensor”, prosiguió Molitor. “Ahora mismo, las cosas están un poquito diferentes para él, porque (el dominicano Eduardo) Núñez está jugando muy bien (su promedio de .329 es el noveno mejor entre todos los peloteros elegibles en la Gran Carpa). Estoy buscando la forma de mantenerlos a los dos en la alineación. Y he hablado con ambos al respecto”.
Esa presencia impactante de Escobar se notó en la serie reciente en Oakland, por su habilidad con el guante en el campocorto y el hecho de que promedia .310 en siete juegos desde que salió el 23 de mayo de la lista de los inhabilitados por distensión en la ingle.
De los 32 inicios de Escobar en 2016, todos han sido como paracorto, mientras Núñez, otrora gran promesa de los Yanquis de Nueva York que ha rendido una barbaridad en los dos primeros meses de la temporada, ha comenzado en 19 partidos como shortstop, 14 en tercera base, cuatro en la intermedia y uno como bateador designado.
Otra cosa que le agrada mucho a Molitor de Escobar es su capacidad para ser hombre ideal en el clubhouse, una excelente cualidad para un pelotero de sólo 27 años de edad y bien importante en una novena que cuenta con varios latinoamericanos aún menos experimentados que él.
“De buena personalidad, es un pelotero con mucha habilidad y es un excelente hombre de equipo”, describió Molitor del aporte de Escobar dentro y fuera del vestuario de los Mellizos.
Esa capacidad de líder que tiene este versátil aragüeño, que debutó en las Grandes Ligas con los Medias Blancas de Chicago en el 2011, la ha notado su propio paisano, el poderoso jardinero Oswaldo Arcia.
“Pase lo que pase con el equipo (Escobar) siempre está tratando de hacer algo para despertar esa armonía que se vive en el clubhouse”, subrayó Arcia. “Siempre anda alegre, haciendo cualquier cosa para mantener bien en alto los ánimos de todos”.
Con el tiempo, esas cualidades de liderazgo pudieran convertir a Escobar en buen instructor o dirigente, pero es demasiado temprano para pensar en eso, especialmente con el talento que le permitió experimentar una segunda mitad de altos quilates en 2015.
En los 56 partidos finales de aquella temporada, Escobar bateó .286, con 18 dobles, ocho jonrones y 27 carreras impulsadas -cifras que lo colocaron en ese lapso entre los cinco mejores paracortos de la Liga Americana en esos renglones- constituyéndose en una de las razones del porqué los Mellizos lucharon hasta último minuto por un puesto a la postemporada.
Los 12 cuadrangulares disparados por Escobar en 409 turnos en 2015 doblaron su tope personal previo de seis (2014) en una campaña.
Los representantes de las Ciudades Gemelas no han levantado vuelo en 2016 y Escobar (.254) tampoco está conforme con su propio rendimiento, pese a que ha hilvanado tres rachas de cinco juegos seguidos con hit y que promedió .444 en sus primeros cinco partidos de la actual campaña.
“Trabajo duro para tratar de agarrar el ritmo otra vez y espero terminar la temporada fuerte como el año pasado”, manifestó Escobar. “Todavía queda mucha pelota por delante”.
“Estamos pasando por un mal momento, pero tenemos buen equipo y esperamos que las cosas comiencen a salir mejor”, analizó Escobar de los Mellizos, que arrancaron el 2016 con récord 0-9. “En las últimas series hemos estado jugando mejor. El bateo está bien y el pitcheo ha estado respondiendo”.
En este sentido, los Mellizos, que a fines de mayo barrieron a los Marineros de Seattle en una serie de tres juegos en Safeco Field, encaran un reto enorme en junio por la pérdida en Oakland de dos de sus jardineros titulares, los dominicanos Miguel Ángel Sanó y Danny Santana, por sendas distensiones de corva.
En torno a su capacidad para dar el ejemplo entre otros peloteros más jóvenes, Escobar indica que es importante sentar un precedente entre sus compañeros menos experimentados.
“Hay que seguir haciendo el trabajo de uno, dar el ejemplo, trabajar todos los días fuerte para que ellos vean como lo hace uno que lleva un poquito más tiempo aquí, para que puedan ir por el buen camino”, expresó Escobar. “Uno siempre anda dándole consejos a ellos. Lo importante es que puedan ver lo que pudieran estar haciendo mal”.