Valencia.- Jacob Rhinesmith se las ha arreglado para aparecer a diario en la alineación del Magallanes, pese a la abundancia de talento en los jardines navieros.
El bateador zurdo ha estado coqueteando con los .300 de promedio y su porcentaje de embasado (.383) es uno de los mejores entre sus cofrades.
Aunque lo más resaltante del estadounidense apunta a su buena disposición de estar en el terreno y competitividad.
“Me siento bendecido por estar con este equipo, por tener a este grupo de coaches, que han puesto su fe en mí para colocarme en el lineup. Así que todos los días trato de dar lo mejor”, suelta de buen ánimo, mientras apura un vaso de agua, tras concluir la práctica en el Estadio José Bernardo Pérez.
Rhinesmith, de 28 años de edad, apareció en el radar de la gerencia valenciana, mientras concluía su exitosa campaña, tras ser escogido como Jugador del Año del York Revolution, en la Atlantic League, el circuito independiente de mayor prestigio en Estados Unidos.
“Conocí a Luis (Basini) cuando estaba jugando con el York, en medio de la serie por el campeonato. Fue a verme para hablar sobre la posibilidad de venir y pensé que era una gran oportunidad de venir y jugar pelota de invierno”, recuerda.
Así de sencillo. Rhinesmith no dudó en aceptar, pese a las distorsiones y falta de información que en ocasiones rodean a las ligas caribeñas.
“No. Nunca he pensado eso. Tengo muchos amigos que son de aquí y había hablado con ellos con anterioridad sobre venir aquí y hasta ahora ha sido una gran experiencia”, enfatiza, sin dejar la sombra de una duda.
UN TALLER
Rhinesmith podría definirse como un pelotero curtido. Cuenta ocho años de experiencia, un paso brillante por la División I de la NCAA con el programa de la Universidad Western Kentucky, tres años en las granjas de los Nacionales de Washington y otros tres en ligas independientes. Aunque asegura que todavía está en proceso de crecer.
“El beisbol es un deporte en el que nunca dejas de aprender, nunca sabes lo suficiente sobre este juego. Siempre estás aprendiendo, sin importar cuantos años hayas estado alrededor como profesional”, destaca al momento de valorar su paso por la LVBP.
“En las ligas independientes tratas de ganar todos los días, en Ligas Menores no renuncias a eso, pero se trata de desarrollarte como pelotero. Aquí (en Venezuela), sales al terreno con la misión de ganar a diario. Así que es divertido estar en el mismo bote con mis compañeros, remando hacia un objetivo común”.
“Sé lo importante que es ganar aquí. Hemos estado jugando bien recientemente. Espero que sigamos así, a ver qué ocurre”, agrega Rhinesmith.
Entonces, ¿disfrutas la experiencia y te quedas hasta el final?
“Sí señor, estaré aquí toda la temporada y espero ganar el campeonato”.
Jacob Rhinesmith aspira a quedarse toda la temporada con Magallanes
DOS TÍTULOS EN POCOS MESES
Hace poco más de un mes, Rhinesmith formó parte del roster del Magallanes que ganó el torneo Choque de Gigantes que se disputó en el loanDepot park de Miami. El patrullero apenas había disputado un desafío oficial con los Navegantes, previo a subirse en el vuelo chárter que llevó al equipo a Florida, y de la nada, se erigió en figura.
“Antes había jugado en parques de las Grandes Ligas, en entrenamientos de primavera y cosas así, pero nunca en medio de una atmósfera como esa… Cuando enfrentamos al Caracas fue increíble, surreal, con mucho ruido, muy divertido. Es mucho más fácil jugar, cuando tienes a tantos aficionados animándote”.
En el encuentro decisivo, contra Criollos de Caguas, Rhinesmith llegó al plato en el inicio del décimo inning, con el marcador igualado 2-2 y Ángelo Castellano como corredor fantasma.
En principio tenía la seña de toque para avanzar a Castellano a la antesala, pero la cambiaron cuando se puso en cuenta favorable de 3-1 frente al derecho relevista Jesús Ortiz.
“Estaba consciente de la situación y que tenía muy buenos bateadores detrás mí, así que al menos podía mover al corredor de segunda a tercera, y dejar la entrada en un out. Sólo que conseguí un buen pitcheo para halar la bola y logré hacer un buen swing. Estuvo bien”, recordó entrevistado por el departamento de prensa del Magallanes, sobre el jonrón de 379 pies que salió por el right field.
“Fue un gran momento irnos arriba por dos carreras en extrainning, sabía que el juego no había terminado, porque al capítulo siguiente ellos iban a tener un hombre en segunda. Pero terminamos sacando esos últimos tres outs”.
Jacob Rhinesmith liquidó a Criollos de Caguas con un cuadrangular de 379 pies
En septiembre, con el York pasó algo similar.
Con hombres en los ángulos, uno fuera y el cuadro interior del Charleston jugando a mitad de camino, Rhinesmith conectó un roletazo al primer lanzamiento del conocido relevista Stevie Ledesma, que sirvió para un out forzado en segunda base, pero su velocidad de piernas evitó el doble play, para la carrera impulsada que aseguró el campeonato del York.
Rhino se llevó el MVP de los Playoffs 2024 en la Atlantic League.
SE ARREPIENTE DE NO HABER ESTUDIADO ESPAÑOL
Rhinesmith tomó clases de español cuando estaba en la escuela en su natal Shakopee, una ciudad de menos de 50 mil habitantes en Minnesota, pero no era una prioridad en ese momento
“De haber sabido que iba a necesitar hablar español en algún momento de mi vida, lo habría tomado más en serio, por lo que me arrepiento”, sonríe. “Pero en aquellos años, sólo me interesaba jugar beisbol”.
Aunque la barrera idiomática no le ha afectado tanto, pues varios de sus colegas y el staff técnico hablan inglés.
“El equipo me ha recibido muy bien, mis compañeros han sido muy amables conmigo y me han mostrado la manera como se hacen ciertas cosas y en otras cosas los observo y, simplemente, los sigo”.
Jacob Rhinesmith inició el fin de semana con .383 de promedio de embasado
EL DATO
Jacob Rhinesmith es hijo de Richard y Shauna Rhinesmith. Su padre (beisbol y fútbol americano) y su madre (voleibol) jugaron a nivel universitario en la Southwest Minnesota State University. Tiene dos hermanas, Rachel y Anne Marie, que juega al baloncesto en el Dordt College.
EN CIFRAS
Jacob Rhinesmith se robó 32 bases y no fue puesto out en la Atlantic League durante 2024. En su carrera de ocho años como profesional se ha estafado 123 almohadillas en 140 intentos (87,86%).