Alcides Escobar: un campocorto previsivo por los siglos de los siglos

Alcides Escobar | Fotos: Alejandro van Schermbeek
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Caracas.- Con 37 almanaques a cuestas, 13 años más viejo que el promedio de los demás campocortos titulares, Alcides Escobar es el patriarca de los shortstops en la temporada 2024-2025 del beisbol profesional venezolano. Se le ve actuar sobre el campo y aún luce grácil y elástico. El principal componente de su pócima contra el envejecimiento reside, no obstante, en la mente: es la facultad de la anticipación. “Dejad que los rollings vengan a mí”, pudiera ser su lema.  

Hubo un tiempo cuando Escobar salía a buscar roletazos. Ahora son los roletazos los que lo buscan a él. Ni guante imantado, ni don de adivinación. Es la capacidad de antelación una de las razones por las cuales Escobar, enfilado hacia los 40, defiende el puesto seis para Tiburones de La Guaira.  A su edad, casi todo su gremio se mece en el porche. Escobar, al contrario, es jugador principal de los campeones del Caribe.

La destreza para adelantarse a los batazos es uno de dos motivos por los cuales Escobar protege la grama corta de los escualos en el otoño de su carrera. El otro es la necesidad. El mánager Oswaldo Guillén llegó a Venezuela y notó a La Guaira sin torpederos naturales. La única excepción era el provecto exgrandeliga de La Sabana, quien fue trasladado a segunda base durante la campaña anterior, cuando los litoralenses pusieron fin a un invierno de casi cuatro decenios sin probar títulos. Escobar aceptó mudarse y acompañar desde la intermedia como socio de dobleplays a la estrella ascendiente Brayan Rocchio. Ahora se le requería de vuelta al fondo del abanico.  

“Se lo pedí de favor”, reconoce Guillén. “Y no es fácil para un mánager pedir favores a sus peloteros”.    

“Fue una solución de emergencia”, expresa el primer estratega latinoamericano ganador de Serie Mundial en Grandes Ligas. “No teníamos un shortstop como tal. Estaba entre César Hernández y él y preferí a Escobar porque ha jugado el campocorto muchos años. Le planteé la necesidad y me dijo, ‘tranquilo, caballo, donde me quieras poner, cuenta conmigo’. Me resolvió un problema bien grande”.

Alcides Escobar sigue mostrando sus habilidades en las paradas cortas

Escobar aceptó encantado. Ser campocorto está en su naturaleza. Ha disputado casi tres mil juegos allí durante dos décadas de carrera profesional.  

“Él es el mánager, es quien manda”, enfatiza Escobar, sentado en el dugout derecho del Estadio Universitario. “Si me pide que vaya a tercera, lo haré. Si me solicita ir al campocorto, voy. Le dije: ‘claro que puedo hacerlo’. Es mi ubicación natural. Al principio me sentía un poco incómodo porque llevaba tiempo sin defender la posición. Fue la falta de costumbre. Pero con el pasar de los juegos he estado mucho mejor. Me gusta el shortstop, me encanta. Ha sido mi posición desde siempre”.

LAS TRES ETAPAS

Según Alfonso “Chico” Carrasquel, primer shortstop venezolano de exportación, todos los buenos campocortos atraviesan tres etapas. “La primera es cuando se está en plenitud de condiciones, se le llega de frente a los rollings en el hueco y se hace el out en primera base”, dijo Carrasquelito según el libro Venezolanos en las Grandes Ligas, de Carlos Cárdenas Lares. “En la segunda fase se recoge ese mismo Rolling con el guante de lado y se hace out en primera. La última etapa es con el mismo roletazo, pero que esta vez pasa para el leftfield”.

¿En qué etapa está Alcides Escobar?

“No se me había ocurrido, pero es verdad. Comienzas agarrando de frente, luego te pones de lado y hay momentos en los que la bola pasa de hit”, dice Escobar, ganador del Guante de Oro entre los paracortos de la Liga Americana en 2016.

Oswaldo Guillén, mejor puesto seis defensivo de la Liga Americana en 1990 y quien asegura no haber vivido las tres fases (“Pasé de agarrarlo todo, a estar ok a botado antes de que las pelotas llegaran al leftfield”) sitúa a Alcides Escobar en un estadio intermedio entre la segunda etapa y la tercera. “No será el Alcides de hace diez años, pero estoy bastante contento porque las jugadas las está haciendo y las seguirá haciendo”, apunta. “Es una posición muy exigente físicamente, pero él está bastante bien, y se nota con sus jugadas. Las de rutina las ha resuelto muy bien. Obviamente su alcance no es el mismo, pero su trabajo ha sido espectacular. Alcides lo que tiene que hacer es tomar la bola que esté a su alcance y eso basta, porque con él sabes que, si el batazo está en su rango de acción, el out es seguro”.

Alcides Escobar supera en más 10 años a los paracortos titulares del resto de los equipos

Para Escobar, la anticipación es el escudo contra la pérdida de alcance. “Cuando anticipas la jugada todo se te hace fácil”, expresa el Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Americana en 2015, cuando los Reales de Kansas City avanzaron al clásico de octubre y lo ganaron. “Eso lo aprendí de Omar Vizquel, shortstop hasta los 45 años. Si sabes que un bateador suele conectar hacia tu derecha, das unos pasos hacia la derecha antes del lanzamiento del pitcher porque así le vas a llegar más fácil a la bola. Y así pasa. Hay gente que dice, ‘guao, ¿cómo la agarró el campocorto?’ La agarró porque ya estaba preparado para la situación, porque ya había anticipado lo que podía pasar. Así, casi siempre, la jugada te saldrá mejor”.

Guillén es testigo de cómo Escobar compensa la merma de piernas con vivencia acumulada. “Con la experiencia aprendes a colocarte mejor y a cubrir más una parte del terreno que otra”, desgrana. “En los últimos años de mi carrera cubría más hacia el lado de tercera porque me era más difícil tirar la bola desde allá, mientras que los rollings que iban hacia segunda sabía que los iba a hacer, porque además estaban más cerca de primera. La experiencia te da eso, hasta cuando llega al momento de trasladarse a primera o segunda. Un buen ejemplo es Vizquel. Cuando estaba conmigo en los Medias Blancas de Chicago ya no podía jugar shortstop o segunda por la falta de alcance, pero me hizo un trabajo fenomenal en tercera, como si toda la vida hubiese estado allí”.

LA AGILIDAD FÍSICA

Omar Vizquel intervino en más de 900 juegos de MLB después de su trigésimo quinto cumpleaños. Pasó por donde está Alcides Escobar ahora y, según su criterio, al guairista le falta para la tercera fase de los shortstops. “Si puede tocar el piso con las manos sin flexionar las rodillas todavía puede ser campocorto”, bromea el coleccionista de 11 guantes dorados en las mayores, el último de ellos al borde de los 40.

A su parecer, la anticipación es condición necesaria, mas no suficiente, para que un paracorto alcance una vejez digna. De nada sirve saber hacia dónde irá un rastrero si no se es capaz de bajar a tomarlo.

Alcides Escobar acapara miradas durante las prácticas de Tiburones

“Lo más importante para cubrir la posición es la agilidad física, la manera como se le arranca a los rollings hacia adelante y hacia los lados. Eso se perfecciona con el paso de los años. Luego aprendes a leer los pitcheos y vas conociendo a los bateadores”, afirma Vizquel. “Al llegar a una edad avanzada, el posicionamiento pasa a ser bastante importante. Alcides ha jugado mucha pelota y a su vez conserva elasticidad. Cuando ya no puedes doblar, cuando no puedes llegarle a los rollings de lado, ser elástico te ayuda. Y Alcides, como se mantiene activo y en condiciones, puede seguir haciendo cosas. Algo bueno en mí es haber ido siempre al gimnasio. Nunca tuve problemas para doblar las rodillas ni sufrí dolores de espalda. Por eso jugué campocorto hasta los 45. La elasticidad te permite brincar, arrancar, esquivar, hacer jugadas en el hueco. Alcides posee esa elasticidad. Es como si tuviese un cuerpo de goma, con brazos y piernas largos, como David Concepción”.

Vizquel advierte que la tercera etapa de los shortstops es inevitable “por óptimas que trates de mantener tus condiciones físicas”.

“Tarde o temprano la bola va a pasar a tu lado”, menciona Vizquel, uno de los mejores torpederos defensivos de cualquier época. “Hasta la vista se hace más lenta. Ves el rolling, sales creyendo que le vas a llegar y resulta que la pelota ya está en el leftfield. La vista te decía que sí y el rolling te dijo que no. Esa es la tercera etapa de la cual hablaba Carrasquel. Fíjate que Alcides jugó segunda el año pasado y estoy seguro de que está por experimentar la tercera etapa, a la cual llegas paulatinamente si te esmeras en preservar tus condiciones físicas. Uno ha visto estrellas deteriorarse de un año para otro o hasta de un mes a otro porque no se cuidan”.

EL INSTINTO

Según Alcides Escobar, no se necesitan computadoras para saber posicionarse en el shortstop y postergar la tercera etapa. “Eso de sabermetría no me gusta. Es mi posición personal. Debes seguir el instinto”, sostiene.

Escobar es, y seguirá siendo, el campocorto de La Guaira en la edición 2024-2025.  “Creo que hasta el final”, subraya Oswaldo Guillén. “Brayan Rocchio no va a jugar y otro shortstop de esa calidad no tengo. Por eso debo llevar con cuidado a Alcides. Juega dos días, descansa un día. Si hay un viaje largo, no lo pongo a jugar. Ahí es cuando necesito a César Hernández y al jovencito (Kelvin) Meleán, que ha estado excelente.  Jugar SS en Venezuela es más difícil por los terrenos, porque la bola sale más, pero Alcides se sabe ubicar”.

Alcides Escobar anticipándose a los acontecimientos, ha llegado a “adulto mayor”, como shortstop. La tercera etapa, si es por él, tendrá que esperar.

Alcides Escobar exhibe un extraordinario factor de alcance de 4,9 | Foto: Edison Suárez

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