Caracas.- Omar Bencomo Jr. estuvo a punto de perderlo todo. La frase no es una dramática exageración de un juego complicado, de una temporada frustrante o de la destrucción súbita de su carrera. De verdad, casi pierde la vida. Disparos de maleantes que intentaron robarlo, hace cinco años, le arrebataron un riñón y parte del colon. Y tal vez parezca un precio bastante caro, pero no es mucho si se compara con el desenlace fatal que casi le sucedió.
Aunque fue dejado en libertad por los Rays de Tampa Bay, después del aterrorizante momento, Bencomo Jr. se recuperó. Primero estabilizó su salud y por dos años enfocó su atención en Bravos de Margarita. Le fue complicado dar los primeros pasos de renacido. Al sumar las campañas 2013-2014 y 2014-2015, su efectividad fue de 5.26 en 51.1 innings, y solo abrió seis de sus 24 apariciones.
Sin embargo, así como lo hizo de los viles tiros, también logró tomar un segundo aire de vida en las últimas dos zafras. En el lapso su promedio de carreras limpias permitidas es de 3.39, en 138.0 capítulos, y ninguna de sus 27 salidas ha sido como relevista. Se convirtió en un abridor consolidado en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Como cualquier persona, al voltear y ver el sendero espinoso que ha caminado, siente cosas.
“Sencillamente se me agua el guarapo”, comentó durante su segundo día de pretemporada con los isleños, en San Joaquín, estado Carabobo. “Estuve en una situación bastante difícil, a punto de perderlo todo, y aquí estoy jugando beisbol. Por estar en donde estoy debo agradecerle a Dios”.
Sería poco preciso decir solamente que está de nuevo en un terreno de juego. Bencomo Jr. es un as, por lo menos en Venezuela. Desde que llegó a los entrenamientos insulares el cuerpo técnico lo preparó como su abridor para el día inaugural, el martes, contra los Caribes de Anzoátegui. Ya es una decisión tomada.
“Ya me dijeron que estoy listo para el primer día y estamos trabajando en base a eso. Cuando llegué tuve una sesión de juego simulado”, explicó el derecho de 28 años de edad, hijo del ex lanzador Omar Bencomo. “Ya tenía 10 o 12 días trabajando en mi físico. Solo faltan días para estar totalmente listo”.
La emoción por iniciar el primer juego de la campaña es evidente, pero queda solapada cuando Bencomo Jr. habla de responsabilidad. Entiende perfectamente el puesto de confianza que es encabezar una rotación en una liga de beisbol profesional, así como también ha sido consciente de la fe que pusieron en él los Tiburones de La Guaira y los Cardenales de Lara cuando lo tomaron de refuerzo en las últimas dos zafras.
“Cada vez que me subo al montículo tengo una responsabilidad. La siento conmigo mismo, con el equipo y la fanaticada de Margarita”, comentó. “Si se tiene ese compromiso las cosas van a salir bien. Creo que la clave de todo es el trabajo, tenerlo antes y después de cada salida. El enfoque mental es lo fundamental en esta profesión”.
Este año, entre las sucursales Doble y Triple A de los Marlins de Miami, Bencomo Jr. estampó efectividad de 4.95 en 92.2 innings. Su WHIP (promedio de adversarios embasados por episodio) fue de 1.392.
EL DATO
Los Bencomo son una de las pocas parejas de padre e hijo que han abierto Juegos Inaugurales para sus equipos en la LVBP. Bencomo Sr. lo hizo en la temporada 1985-1986 con Magallanes; mientras que su vástago se le unió la campaña anterior con Bravos y repetirá el próximo martes, en el inicio de la 2017-2018. Urbano Lugo Sr. lo hizo en la 1965-1966 y más tarde su hijo lo haría en los años 80 y 90. Ambos con Leones del Caracas.
