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Felipe Rivero espera recuperar recuerdos con el Magallanes

29/09/2024

Fotos: Elio Miranda |Prensa Magallanes BBC

José Ángel Rodríguez | Prensa LVBP

Valencia.- Felipe Rivero escarba en su memoria, tratando de precisar las repeticiones que le dieron resultado, cuando brillaba en las Grandes Ligas como cerrador de los Piratas de Pittsburgh. Una vez termine de desbloquear lo que necesita para recuperar sus hábitos, estará transitando el camino que espera le lleve de vuelta al montículo con la efectividad de antaño.

El zurdo, adquirido durante el reciente receso de temporada de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional por los Navegantes del Magallanes desde los Leones del Caracas, estuvo cinco años y cuatro días sin ver acción en un juego oficial.

“Empezar desde cero no ha sido fácil. Hubo cosas que se me olvidaron, como las rutinas que hacía en Grandes Ligas”, admitió a LVBP.com luego de una práctica de pretemporada del Buque el serpentinero de 33 años de edad, quien reapareció en mayo con los Marineros de Carabobo en la reciente edición de la Liga Mayor de Beisbol Profesional. “Cuando llegaba a la casa, sólo cerraba los ojos y me sentaba a recordar que era lo que yo hacía. Lo hablaba con mi esposa, le pedía que me ayudara a recordar, y poco a poco he ido integrando piezas de esa rutina”.

Su carrera en las Mayores acabó, de manera abrupta, el 17 de septiembre de 2019, cuando fue detenido y procesado por agresión sexual legal, contacto ilegal con una menor, corrupción de menores, agresión indecente a una persona menor de 16 años de edad y 10 cargos relacionados con material de abuso sexual infantil.

Rivero consumó su castigo en una prisión en Pensilvania, antes de ser deportado desde Estados Unidos a Venezuela, en diciembre del año pasado. Desde entonces, lucha contra la inactividad y ejercita su mente para volver atrás sus pasos en busca de respuestas. Aunque la tarea no le resulte tan fácil como a Ireneo Funes, el personaje de Jorge Luis Borges, que poseía el don, y también la condena, de evocar cada detalle de su vida y la realidad del mundo que le rodeaba.

Su actuación en la LMBP no fue la que deseó: compiló abultado promedio de carreras limpias de 7.07 y WHIP de 2.00 en 14.0 entradas divididas en 13 presentaciones. Aunque ponchó a 19 rivales, para demostrar que todavía es capaz de mantener la tasa de 10,9 recetados por nueve episodios que exhibió en su corta, pero intensa trayectoria de un lustro en la MLB.

“Yo tomé estos primeros 10 meses (desde su regreso con Carabobo) como si fuese la rehabilitación de una Tommy John”, explicó Rivero. “Fue mucho tiempo sin lanzar y tuve un tropiezo en la Liga Mayor, donde no me lesioné, pero sí tuve una molestia. Después de eso, siento que mi brazo ha mejorado muchísimo. Me siento más cómodo con mi cuerpo y la mecánica. Pero no fue sencillo. Mis pitcheos no estaban ahí, como yo los tenía en las Grandes Ligas, aunque paso a paso he ido mejorando”.

 

Felipe Rivero

Rivero retornó a un montículo profesional el 18 de mayo, luego de más de un lustro sin actividad

El oriundo de San Felipe estuvo más de dos semanas sin lanzar entre finales de mayo y mediados de junio debido a un discomfort en el antebrazo de lanzar. Una situación que le encendió las alarmas, rápidamente apagadas por los especialistas médicos.

“La molestia fue en el antebrazo, pero lo sentía en el codo. Mi brazo es muy rápido y siento que le estaba exigiendo demasiado”, precisó. “Me asusté, pero lo hablé con el traumatólogo y me comentó que no debía preocuparme, porque era algo pasajero. Y así ha sido”.

Rivero, una vez firmó como agente libre con los Marineros, insistió en reaparecer como cerrojo, rol en el que destacó en la Gran Carpa, hasta el punto de ser convocado a un par de Juegos de Estrellas. No obstante, tras las consecuencias físicas que esa exigencia autoimpuesta le causó en su retorno, confesó que debió afrontarlo de otra forma.

“Tras ver todo lo que ha pasado, creo que hubiese manejado las cosas de una manera distinta. Me apresuré en todo”, analizó. “Yo quería cerrar, porque ese era mi rol, pero ahorita pienso que hubiese sido mejor comenzar como relevista, quizá en un séptimo u octavo inning. Hubo muchos días de frustración, porque le estaba exigiendo a mi cuerpo más de lo que podía”.


EL RUIDO DE LA CONFIANZA

Rivero forma parte del grupo de peloteros del Magallanes que se encuentra practicando en el Estadio José Bernardo Pérez de Valencia desde el 2 de septiembre, cuando se abrió un minicampamento informal, tres semanas antes de las actividades oficiales.

El viernes lanzó su tercera práctica de bateo en vivo, y la primera desde que el grupo completo inició su preparación el lunes.

“Lo vi muy bien. Tanto la velocidad de su recta, como el control en su cambio y el slider estuvieron excelentes”, evaluó Robinson Chirinos, asistente de la gerencia y asesor de la comisión deportiva de los Navegantes, quien está a cargo de las prácticas del equipo hasta la llegada de Eduardo Pérez (mánager) y Ramón Hernández (coach de banca). “Mezcló bien sus envíos, con ritmo óptimo”.

 

Felipe Rivero

El zurdo está entrenando con el Magallanes desde inicios de septiembre, con vista en su retorno a la LVBP

Rivero, quien alcanzó las 100 millas por hora en su recta en múltiples ocasiones durante su participación en la Liga Mayor, de acuerdo con la pistola del parque valenciano, también se mostró satisfecho por lo realizado en su duelo contra bateadores en la pretemporada bucanera.

“En físico, confianza y mentalidad ya me sentía al 100 %. Aunque siempre hay espacio para trabajar”, declaró.  “Sé que las millas están ahí, pero no me preocupo tanto por estar pendiente en eso. Hoy (viernes) me concentré en trabajar mis envíos rompientes y la locación de los pitcheos. Fue un buen Live BP, porque generé poco contacto, que era lo que estaba buscando”.

Rivero, durante su experiencia en los Marineros, donde tuvo a Chirinos como piloto, fue castigado con 18 hits, entre ellos cuatro jonrones. Sin embargo, sus envíos, asegura tienen un sonido distinto ahora.

“Noto que la pelota me está saltando del brazo y escucho su recorrido”, describió. “Eso era lo que me estaba faltando y tenía tiempo sin vivirlo: escucharla”.

Paso a paso, Rivero sigue recordando. Aunque sepa que la memoria será su mejor aliada, y también su principal enemiga, en este nuevo comienzo.

 

EL DATO

Felipe Rivero sólo tiene una participación previa en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Fue en la 2014-2015, con los Leones, cuando contaba 21 años de edad y únicamente realizó cinco apariciones, dejando efectividad de 7.25 en apenas 5.2 entradas de labor, con siete ponches y un boleto.

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