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Los envíos del Torpedo García hablan con la voz de la experiencia

20/01/2018

Freddy García Foto: AVS PHOTO REPORT

Andriw Sánchez Ruiz | Prensa LVBP

Barquisimeto.- Un scout de avanzada de la LVBP observaba a distancia a Freddy García, mientras lo apuntaba con la delatora pistola de velocidad. Ya había detectado algunos envíos mañosos en el curtido lanzador, que para ese momento lucía el uniforme de Tigres de Aragua. Pero, aunque los datos ya eran de utilidad, el veedor estaba ansioso por ver una recta. Al fin el envío rápido hizo su aparición. Los dígitos marcaron las 84 millas por horas.

La rapidez hizo posible precisar con exactitud el momento cumbre para García, que ocurrió en 2005, cuando ayudó a los Medias Blancas de Chicago de Oswaldo Guillén a ganar la Serie Mundial. Se puede decir que eso sucedió hace 13 años atrás y 9 millas más en el brazo.

Aquel serpentinero, ya maduro pero todavía joven por sus 28 primaveras, no era el mismo venerable de hoy día. Ganó el juego decisivo de la serie divisional contra los Medias Rojas de Boston, y el choque que le dio el título a los patiblancos contra los Astros de Houston, con poder en sus envíos. Ahora, a pesar de que no está en una Serie Mundial, es parte de la final de la LVBP como un refuerzo de Caribes de Anzoátegui, y con la sapiencia de 41 años de edad y 22 como pitcher en el beisbol organizado. Eso no lo puede medir una pistola de velocidad.

El scout de avanzada detectó que la recta del actual García sinkea (no tiene un movimiento plano y baja para inducir rodados). Su cambio también sabe bailar en el aire. La curva es mostrada de vez en cuando. El split-finger lo saca de problemas. Y hay otro lanzamiento que parece moverse como un slider pero que no tiene la velocidad necesaria para ser considerado así; es una de sus armas mortales.

Así García volvió al beisbol venezolano después de un año fuera de la acción. Lo hizo en grande y por eso ganó el Regreso del Año. Fue con esos pitcheos con los que dominó a Leones del Caracas las últimas dos veces que los vio en la postemporada (2 carreras permitidas en 10.0 innings), incluso lanzando en el volátil Puerto La Cruz. Será con ese repertorio con el que enfrentará este domingo (5:00 pm) contra Cardenales de Lara, en el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.

Apenas pise el morrito y lance la primera pelota al plato, García se convertirá en el segundo lanzador de mayor edad en abrir en una final del circuito rentado. Según el motor de búsqueda de PelotaBinaria, Diego Seguí inició un juego con 42 años, en la final de la temporada 1979-1980, con Leones y casualmente contra Cardenales.

“Imaginé que iban a sacar esa cuenta”, soltó antes de reír con ganas, durante la práctica de Caribes. “Qué puedo decir, con esta edad y seguir jugando es reflejo de la constancia que he tenido durante toda mi carrera”.

Las vivencias le han enseñado a García a no avisar nada en el montículo. Jesús Aguilar, inicialista de Leones, advirtió que el tiempo mermó millas del escopetero pero no la confianza en la recta. Obviamente, el envío rápido ya no lo lanza mucho, “pero a veces te lo lanza para sorprender y casi siempre lo hace cuando no lo esperas”, dijo el primera base.

El linaje del Torpedo le evita que se esconda y lo empuja a la agresividad que lo caracterizó en Seattle o Chicago. “Siempre es el mismo plan”, comentó el iniciador. “Son mis cinco pitcheos de siempre. Hay que mantener la bola bajita y ser agresivo. Esto es todo”.

UNA PREVISIÓN ADICIONAL

García escuchó al menos tres veces la misma pregunta sobre cómo enfrentar a la recia toletería de Cardenales en la Serie Final y su respuesta fue la misma, sin matices.

“No voy a cambiar mi plan porque se trata de una final y esperar que todo salga bien”, sonrió condescendiente, rodeado de periodistas, cerca del dugout de visitantes del Estadio Antonio Herrera Gutiérrez. “Pienso que debo hacer pitcheos de calidad contra (Ildemaro) Vargas y (Juniel) Querecuto. Tengo que tratar de sacarlos de balance”.

Además de esa previsión con el primero y segundo bates de Lara, el experimentado tirador intentará que le bateen por el piso.

“El resto es hacer el mismo trabajo. He lanzado en muchos estadios pequeños o grandes. Mientras mantengas la bola baja no tienes por qué preocuparte, tal vez te conecten bien, pero no es lo mismo cuando dejas las bolas altas o el pitcheo que no tienes que lanzar, si cometes esa equivocación te harán pagarla. Aquí en Barquisimeto también te bombean, no sólo es en Puerto La Cruz”.

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