Santo Domingo.- Alexis Candelario era un ilustre desconocido en su país. Nadie sabía de su existencia. Sencillamente, entre la vorágine de las firmas y los prospectos, los grandeligas que van y vienen, los veteranos siempre imprescindibles, ningún dueño de equipo en la Liga Dominicana de Beisbol Profesional (Lidom) lo había considerado para algo. Este lanzador de Azua jamás había estado uniformado en esta liga. Pero el año pasado todo cambió.

“No lo puedo negar”, dice. “Todo lo que he logrado últimamente se lo debo a Venezuela. Allá fue donde me di a conocer y por esa actuación es que ahora estoy aquí”.

La llegada a los Tiburones de La Guaira fue por culpa de César Suárez.

“Él me vio en Italia y me recomendó a los dueños de las Águilas del Zulia”, explica el derecho, quien tiene marca de 2-1, efectividad de 1.03 y 22 ponches en 26.1 entradas de labor. “Pero como no tenía experiencia no me quisieron. Fue cuando Suárez habló con la gente de los Tiburones y me firmaron”.

Parte de su éxito radica en la manera de enfrentar a los bateadores.

“En Venezuela aprendí a medirme a grandes bateadores, a los que nunca me había enfrentado”, anota. “Eso sacó lo mejor de mí”.

El diestro ya aprendió a trabajar correctamente.

“A veces te puede subir la adrenalina”, destaca. “Pero cuando haces las cosas bien y no quieres hacer más de lo que puedes, todo sale de manera correcta. Hasta ahora, he sabido manejar a presión”.

Candelario está tranquilo, sabe que tiene todo para triunfar. A sus 34 años de edad se ve reflejado en Júnior Guerra, quien fue su compañero de equipo el año pasado con los Tiburones.

“Él Llegó a las Mayores este año y yo lo admiro. Si él pudo, yo puedo. Me siento un poco raro, porque soy novato a los 34 años de edad. Pero para mí es un orgullo estar lanzando por primera vez en mi país”.

El derecho tendrá sesión de bullpen este martes. El viernes le tocará lanzar nuevamente. Es una de las esperanzas de los estelares, es ese brazo que puede detener las malas rachas. Ahora es uno de los nombres más importantes del beisbol del Caribe. Y todo porque alguien, el año pasado, le dio una oportunidad en Venezuela.