Caracas.- Es fácil encender la máquina del tiempo del recuerdo, introducir las coordenadas para buscar las mejores campañas de José Castillo en el beisbol venezolano y aterrizar de sopetón en el Estadio Universitario.
Allí, ataviado con el uniforme a rayas de los Leones del Caracas, vivió algunas de sus temporadas más memorables. Como la del 2004-2005, cuando peleó el liderato de bateo con Lino Connell, campeón de average para aquel entonces. Ha sido su única zafra en el país con 10 cuadrangulares y la primera de las ocho veces que ha superado las 30 carreras remolcadas. Aquel campeonato empujó 38, sin dejar a un lado que su promedio fue de .364 en 214 turnos.
Luego de la 2010-2011, mudó su swing al oriente con Bravos de Margarita y Caribes de Anzoátegui. Allá sus cenizas rompieron la quietud del letargo y renació, al punto de que fue el Regreso del Año de la 2012-2013 y el torneo pasado fletó 39 rayitas y bateó para .304. Pero es tiempo de recordar aquellos buenos momentos en Los Chaguaramos. Vestido de azul y con Tiburones de La Guaira en el pecho, Castillo puede decir de nuevo que el Universitario es su hogar.
“Sí, la verdad me siento bastante cómodo aquí (en la UCV)”, comentó guariqueño de 35 años de edad, quien se incorporó el 21 de septiembre a la pretemporada de los escualos. “Esta es la fanaticada, tanto de Leones como de Tiburones, que me vio crecer y me vieron dar el cien por ciento por la camiseta”.
Estar con los salados, que han nadado en busca de un título por los últimos 30 años, no es una razón de desánimo para Castillo. Puede decirse que es una motivación más para alargar su carrera de 16 campañas en el circuito rentado local.
“Estoy contento con la oportunidad de estar con los Tiburones, es un equipo de tradición”, expresó. “Tiene muchos años sin quedar campeón, así que voy a poner el cien por ciento para animar a los muchachos, poder llegar a la final y ganarla”.
Tiburones dejó libre a Álex Cabrera. César Suárez ahora vive en el retiro e integra el tren gerencial de las Águilas del Zulia. Ellos fueron los hombres con pericia en el dugout litoralense y es un rol que, por su dilatada trayectoria, Castillo está listo para llenar.
“Me gusta ayudar a las personas”, afirmó. “Hay algunos que tienen malas referencias mías, pero creo que soy un jugador que me gusta ayudar a los jóvenes. Espero que con mi experiencia pueda aportarles algo y que agarren cosas buenas de mí, pues como todos, uno tiene cosas buenas y malas, pero trato de darle lo bueno y ojalá me hagan un poquito de caso”.
Al igual que desde 2011, Castillo probó suerte este año en la Liga Mexicana de Beisbol. Jugó 37 careos y su promedio fue de .276, para luego ir al circuito del norte del país azteca. Molestias físicas lo obligaron a enfocarse más en su anatomía que en el swing, pero con las prácticas de bateo que toma con La Guaira espera estar al “90 por ciento” de sus capacidades cuando inicie la campaña el 6 de octubre.
Mientras, y si logra conseguir la comodidad en la capital como en tiempos anteriores, el Universitario podría volver a ser testigo de cosas importantes para él. Con 82 jonrones está cerca de convertirse en el séptimo pelotero con 90 o más en la historia de la liga. Además, ocupa la quinta casilla de todos los tiempos en impulsadas con 471, muy cerca de las 483 de Víctor Davalillo y con chance de lograr las 500, guarismo que solo han saboreado Robert Pérez (738) y Luis “Camaleón” García (533).
DESDE EL TERRENO
• El cubano Pedro Echemendia y el estadounidense Greg Ross, los primeros importados de Tiburones de La Guaira, llegaron el miércoles.
• El antillano, derecho y relevista la mayoría del tiempo, dejó 3.91 de efectividad en las categorías Clase A Fuerte, Doble y Triple A, con las sucursales de los Cardenales de San Luis. “Mi compañero José (Cafecito) Martínez me habló muy bien de la pelota de aquí”, dijo.
• Ross también está especializado en el bullpen aunque tiene la capacidad de abrir juegos. Pertenece a los Nacionales de Washington y su promedio de carreras limpias por cada nueve innings fue de 1.06 entre Clase A Fuerte y Doble A.
