Créditos Imagen: Miguel Romero | Foto: Getty Images
Juan Aguilarte Rosales | Prensa LVBP
Miami.- Aunque no era la primera opción de subirse al morrito en el duelo inicial de la Serie del Caribe, Miguel Romero, asumió el reto y continuó con la dinámica de buenos resultados del staff de abridores de los Tiburones de la Guaira.
El antillano tuvo quizás su mejor apertura entre todo el 2023 e inicio de este 2024. El escenario respalda la teoría. Maniató a los actuales monarcas del Caribe, transitando 5.1 entradas, con apenas tres hits y una carrera. Emilio Bonifacio ancló en la inicial con infield hit, como primer bateador del duelo. De allí en adelante fue complicado descifrarlo.
Después de casi un mes sin lanzar, tras sufrir molestias en el brazo de lanzar, las sensaciones no podrían ser mejores. "Trabajé fuerte en Venezuela para regresar. Estuve buscando mi ritmo, lancee juegos en vivos, también hice varias sesiones de bullpen, estaba listo para la final”.
Con la imposibilidad de usar a los derechos Ricardo Pinto, Jugador Más Valioso de la Gran Final, y Jhoulys Chacín, refuerzo de Leones del Caracas, debido a que no tenían los días de descanso, el destino le presentó la revancha en Miami, siendo verdugo del Licey.
El cubano, de 29 años de edad, no jugó en la Serie Final, aunque tenía el alta médica, tras las molestias en el codo derecho, que le obligaron a abandonar su último trabajo con los salados, el pasado 3 de enero contra los Cardenales de Lara.
Su plan fue simple: “Siempre fue lanzar el primer pitcheo en strike”, precisó. “Busqué no hacerles pitcheos con el que pudieran conectar la bola con fuerza. Son bateadores de un alto nivel, como es el caso de Robinson Canó”.
Romero pudo soltar la bola al plato 60 veces y 41 de esos envíos fueron strikes. La lisa fue arma estelar.
“Mezclaba con recta arriba, sinker (que estuvo rondando las 90 millas por hora) y los remataba con la slider”, detalló sobre su receta para los dominicanos.
Cuando parecía que al alcanzar el sexto tramo sin novedades, su labor había concluido, Oswaldo Guillen dio el visto bueno para continuar su faena en la sexta.
“Nos hizo el trabajo. Prefiero cuidarle la salud a mis peloteros antes que ganar un trofeo. Eso ya estaba planeado, que completara cierta cantidad de lanzamientos. Incluso consideré no darle otro inning. Nuestro bullpen es de mucho calibre”, explicó el mánager Oswaldo Guillén.
Romero había tirado 6.0 tramos en blanco de dos imparables para llevarse su única victoria en la ronda regular de la LVBP, pero lo hizo contra el colista Caribes de Anzoátegui, el 14 de diciembre. Esta vez la exigencia y el contexto eran totalmente distintos.
El transitar invernal de Romero, lo comenzó con los Tomateros de Culiacán el 14 de octubre. El rendimiento fue similar al que tuvo con la novena de "la samba" en la ronda regular. En la LVBP, el de Guantánamo realizó cuatro aperturas con 11 carreras limpias en 16.1 innings, para una efectividad de 6.06. En el Round Robin, sólo pitcheo 2.2 entradas, con tres boletos y dos sencillos.
Ahora tiene motivo para celebrar. Vivió en primera fila el campeonato de Tiburones y premió la paciencia de la gerencia litoralense.
“Es una experiencia muy bonita. La sequía de los Tiburones fue larga (casi 38 años). Disfrutamos mucho haber conseguido el campeonato y vivir esos momentos”, agregó Romero.
La confianza de Romero, tras probarse ante la divisa de Quisqueya, va en aumento.
“Estoy pensando ya en lo que será una apertura más”, se despidió.