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José Castillo todavía tiene camino por recorrer

22/10/2018

José Castillo Fotos: AVS PHOTO REPORT

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

Valencia.- Hace siete años, José Castillo pensó que estaba acabado, que su carrera había llegado a su fin. Ahora celebra formar parte del exclusivo club de los 1.000 hits en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional y asegura que todavía tiene camino por recorrer.

“Después que (los Leones del Caracas) me cambiaron a Bravos (de Margarita) y tuve esa temporada (.237 de promedio en 135 turnos), dije que estaba terminado. Pero después fui a Caribes (de Anzoátegui) y todo cambió y aquí estoy”, señaló durante la última visita de Cardenales de Lara al Estadio José Bernardo Pérez.

Castillo se repuso de dos campañas por debajo de .250 de average y en sus primeros dos años vistiendo el uniforme de la Tribu sumó 166 imparables, incluido un récord para la franquicia con 85 incogibles en la temporada 2013-2014.

“En general fueron tremendos años allá, recuperé la confianza”, sonrió el versátil toletero, que desde el jueves de la semana pasada lista su nombre al lado de Víctor Davalillo (1.505), Robert Pérez (1.369), Teolindo Acosta (1.289), César Tovar (1.224), Luis “Camaleón” García (1.065), Tomás Pérez (1.012) y Luis Sojo (1.007), como los únicos toleteros con un millar de imparables en los 74 años del circuito.

“Ahora no puedo sentir otra cosa que felicidad por ese logro, de formar parte de esa élite, de esos jugadores insignias del beisbol venezolano”.

Castillo hizo historia a lo grande. Consiguió el partido número 18 con cuatro o más hits en su carrera, aunque no fue algo que se planteara, antes del desafío contra Caribes en Barquisimeto.   

“Todo el mundo me lo pregunta, pero no estaba pensando en eso. ‘Cuando quiera Dios’, me dije y esa noche quiso. Pienso que es el premio que le da Dios a uno por tener disciplina y dedicación durante tantos años”, señaló. “Me pasó por la mente toda mi trayectoria. Pensé en mis hijos, mi esposa, mi mamá, mis hermanos, mi familia que estaba en el estadio. Todos los que me han acompañado durante mi carrera”.

Transcurrieron 19 temporadas desde que el 22 de diciembre de 1999, Castillo conectó su primer inatrapable contra el zurdo de Pastora, Ryan Karp. Desde entonces reunió un lustro en las Mayores, ganó un título de bateo (2007-2008) y dos campeonatos de la LVBP, con Leones (2009-2010) y Caribes (2014-2015). Pero el ex grandeliga prefiere atesorar sólo un instante de sus incontables buenas actuaciones.     

“No recuerdo otro momento, que no sea justo cuando conecté el hit número mil (hacia el jardín derecho del Estadio Antonio Herrera Gutiérrez, contra el novato Elio Serrano Jr.)”, afirmó el llanero, de 37 años de edad. “Me quedo con eso, porque todo el que se me acercaba me preguntaba por la marca. Nunca cómo me sentía o cómo marchaba el equipo, sino por los mil hits. Entonces me quedo con ese batazo. Porque fue muy esperado. Es el hit más importante de mi carrera”.  

 

José Castillo llegó a Cardenales de Lara desde Tigres de Aragua, en un cambio

 

Tomás Pérez, que hace cuatro años compró la membresía del elitista Club de los 1.000, celebró el logro de su amigo y compañero con Caracas y Anzoátegui.

“Ha sido un gran bateador durante toda su carrera. Sin faltarle el respeto a los peloteros que están en esa lista, Castillo nació para batear. Por eso le digo Vitico Dos”, recalcó el ahora coach de la Tribu. “La verdad es que ha sido constante, con sus virtudes y defectos, a pesar de las dificultades que ha tenido en su carrera, por la que hemos atravesado todos en algún momento. No ha defraudado a los que creyeron en él, a los que le dieron la confianza de jugar, como ahora lo está haciendo Cardenales de Lara”.

Esa constancia lo podría convertir en apenas el segundo pelotero en los anales de la LVBP con al menos 1.000 hits, 100 cuadrangulares y 600 remolcadas. El otro es Robert Pérez, futuro miembro del Salón de la Fama del Beisbol Venezolano.

“Me defino como un bateador consistente de líneas, no soy un jonronero a pesar de esos 89 vuelacercas que tengo. No me considerado como un hombre de poder. Trato de darle a la bola con contundencia y ponerla en juego”, advirtió.  

Todo dependerá cuán saludable puede estar y de su durabilidad en el terreno, justo ahora cuando avizora en el horizonte los 40 años de edad.    

“Tengo que salir a jugar enteipado, los huesos no se sueldan solos”, reveló con su característica sonrisa. “La preparación es algo muy importante. Eso es lo que me ayuda, a mantenerme. Lo que hago es concentrarme. Ya soy un pelotero de experiencia, ya sé lo malo que puede pasar. Así que me concentro muy bien y no trato de hacer demás en el terreno”.

Pérez cree que a Castillo todavía le queda beisbol en el tanque y pasar seguir sumando marcas.

“Todo depende de lo que el cuerpo le diga, pero está contento. Nos encontramos en el hotel (en Valencia) y me dijo: “Viejo, llegamos a los libros”. Disfruta lo que hace. Todavía queda un pelotero que seguirá subiendo en esa lista (de los 1.000 imparables), que seguirá allí, rindiendo. De ahí para adelante, no creo que salga otro jugador que se meta en los libros. Está René Reyes (con 943 inatrapables) muy cerca, pero creo que por las características del beisbol de estos tiempos, será muy difícil que venga alguien más y lo consiga”, opinó el técnico, que en las Mayores es parte del staff de los Bravos de Atlanta.

Una simple suma de todos sus batazos a terreno de nadie en los circuitos en los que ha empuñado un madero, incluidas Grandes Ligas, y en todas las instancias, revelan que Castillo ha conseguido 3.238 incogibles en su carrera, en más de 13 mil turnos.

“Nunca me imaginé que podría hacer algo así. Lo único que quería era jugar, como aspiran todos los niños de este país. Jugar beisbol y ser otro grandeliga venezolano. Esa era mi real motivación”, puntualizó. “Creo que le debo ese éxito a muchos jugadores, tanto peloteros grandeligas como de trayectoria en el circuito y en Estados Unidos. Muchos me ayudaron a ser el pelotero de hoy día. Los veía y quería ser como ellos”.

Pérez, su amigo por más de 15 años, se emociona al repasar la carrera de su cofrade.

“Me hubiese gustado estar en ese partido, porque tenemos una larga amistad, de esa duraderas. Qué bueno que pude verlo ahora, aunque sea en el hotel. Me contenté mucho. Pasé un rato agradable con él”.

Castillo también sonríe. Mira hacia atrás y se complace. Pero también piensa en el futuro cercano.

“Creo que he logrado poco a poco mis objetivos y ahora lo que me toca es seguir trabajando hasta que Dios me diga ‘ya está bien, retírate, ya pasaron tus días’”, expuso. “Ojalá los aficionados tengan un buen recuerdo de mí, como ‘El Hacha’, como un pelotero que dio el 100% con los equipos en los que jugó y puso un granito de arena para todas las camisetas que vistió. Ojalá que no me recuerden por alguna cosa mala que hice. Siempre tienes momentos malos y buenos”.

Pero antes de que la inevitable daga del tiempo siga cortando hilos, debe seguir trabajando. Prepararse con consciencia antes de salir al terreno, continuar exprimiendo sus condiciones.

“Hay que seguir para alcanzar lo que se tenga que alcanzar y buscar lo que me toca, ese campeonato que tanto merece la fanaticada de Lara”.

 

José Castillo es una importante adición para Lara en sus aspiraciones de ser campeón

 

UNA GRAN INFLUENCIA 

El manager José Moreno celebró con el resto del equipo el momento del imparable mil de José Castillo, pero también agradeció tenerlo uniformado de rojo y blanco en la temporada 2018-2019, luego que llegara desde los Tigres de Aragua, vía cambio durante el receso de temporada.

“Es muy importante tenerlo aquí. Es un jugador de mucha experiencia e influyente en el dugout. Que ha estado en campeonatos y ha temido la oportunidad de ganar títulos. Algo que se nos ha hecho difícil en los últimos años. Esperamos que aporte todos esos años de experiencia al grupo y podamos conseguir ese último juego de la campaña que nos dé el campeonato”.

“Castillo debe sentirse muy orgulloso por lo que ha hecho y fue bonito celebrarlo con él ese día”, agregó el estratega.

 

LA CIFRA

José Castillo suma 19 temporadas en la LVBP con Leones, Bravos, Caribes, Tiburones, Tigres y Cardenales, entre 1999 y 2018. Su promedio vitalicio es de .306, el tercero más alto en la historia, detrás de Víctor Davalillo (.325) y Luis Sojo (.320), entre los toleteros con al menos 3.000 turnos en el circuito.

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