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El Pabellón de la Fama del Caribe recibió a seis nuevos inmortales

04/02/2017

Fotos: Prensa SDC

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

Culiacán.- El Pabellón de la Fama de la Serie del Caribe recibió a los ex peloteros Vinicio Castilla, Erubiel Durazo, Miguel Flores, así como a los propulsores del beisbol Juan Manuel Ley, Benjamín Cananea Reyes y Alfonso Araujo, en una emotiva ceremonia realizada en el Modular Inés Arredondo, el viernes.

“Es un honor estar aquí y recibir este reconocimiento. Después de una larga carrera a la que tengo que agradecer a mi esposa, que tuvo que convertirse en padre y madre, mientras estaba lejos, intentando conseguir lo mejor para ellos”, dijo Castilla, ex grandeliga que jugó con Tijuana (1991), Mazatlán (2005), Hermosillo (1995, 2007, 2010) y alzó el título con los Venados.

Durazo, fue el segundo en ser entronizado. El sonorense participó con Mazatlán (1998, 2005) y Hermosillo (2001, 2007), en tanto que fue Jugador Más Valioso en 2001 y campeón en 2005.

“Hubo momentos bonitos y de adversidades, y recibir este reconocimiento me hace sentir que lo hice bien, que los sacrificios valieron la pena”, aseguró Durazo, visiblemente emocionado.

Flores fue tres veces al evento con Hermosillo (1994, 1995, 2001) y con Mazatlán (2005), equipo con el que se tituló.

“Es un orgullo ser reconocido por la gente del Caribe, estoy contento y halagado por ser inmortalizado junto con grandes peloteros como Vinicio y Erubiel”, señaló Flores. “Nunca imaginé recibir una placa que perpetuará mi nombre a través de la historia”.

La segunda parte del acto fue dedicada a quienes contribuyeron con el desarrollo del beisbol en la región y ejemplificaron los valores del juego.

Cananea Reyes (Q.E.P.D), dirigió tres veces a los Naranjeros de Hermosillo (1975, 1976, 1980) y a los Águilas de Mexicali (1986), siendo campeón en 1976 y 1986. Fue el primer manager en conquistar la corona para México y su hijo recibió la placa que le homenajea.

“Agradezco a todos los que hicieron posible este reconocimiento a mi padre, un hombre de beisbol”, expresó Benjamín Reyes Jr.

Araujo, quien por más de 70 años se ha dedicado al beisbol, fue anotador oficial y es respetado cronista deportivo del país, autor del primer libro sobre las Series del Caribe. Sus palabras a la audiencia estuvieron cargadas de un fino humor.

“Preparé un discurso de una hora, pero creo que no dará tiempo de leerlo. Fui desde jugador amateur hasta presidente de un equipo, solo me falta ser dueño (risas). He estado en muchas facetas y, la verdad, estoy muy contento de estar aquí”.

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Oscar Prieto Párraga, presidente de la LVBP, entregó la placa a Vinicio Castilla

El último en ser exaltado fue Ley López (Q.E.P.D) por sus logros como dirigente deportivo, presidente y fundador de los Tomateros de Culiacán, con 10 campeonatos en la Liga Mexicana del Pacífico, siete sub campeonatos y un título caribeño. El Chino Ley fue ejecutivo por 50 años en los que impulsó el beisbol en todo México y fue el principal responsable de las Serie del Caribe de 2001 y 2017 en Culiacán, además propulsar la construcción del majestuoso Estadio Tomateros.

Su hijo Juan Manuel Ley Bastidas recibió el reconocimiento.

“La familia Ley, le da las gracias a los que hacen posible este reconocimiento a mi padre. Estoy seguro que estaría orgulloso y emocionado de estar aquí, recibiendo esta inmortalización. Mi padre soñó con esta serie del Caribe y sé que desde donde esté, está feliz porque su Culiacán alberga este evento”.

Francisco Puello Herrera, comisionado de la Confederación del Caribe, quien encabezó el presídium, junto a los cinco presidentes de las ligas que participan en el torneo (Omar Canizales Soto, México; Leonardo Matos Berríos, República Dominicana; Oscar Prieto Párraga, Venezuela; Héctor Rivero Cruz, Puerto Rico; Higinio Vélez, Cuba), se refirió a Don Juan Manuel Ley como una de las bases fundamentales del ente que dirige.

“Fue mi amigo y mi hermano, también mi asesor personal, sus consejos eran sanos, debo decir que el que tiene un amigo tiene un tesoro y en Don Juan yo tuve uno”.

El Salón de la Fama del Caribe fue establecido en 1996 para honrar a los jugadores que han logrado hechos significativos en el torneo, así como los esfuerzos de las personas que han contribuido al desarrollo de la pelota caribeña.

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