Denis Phipps fue una de las principales fuerzas ofensivas de la temporada 2016-2017 y sobresalió en la prolija alineación de Caribes que lidero a la liga en anotadas (335), jonrones (55) y bases alcanzadas (893).

Su presencia ayudó a que Anzoátegui terminara segundo en la ronda regular y que ahora mismo se encuentre peleando uno de los dos cupos a la Final, contra Águilas del Zulia.

Por eso, cada batazo del jardinero dominicano, al final de la eliminatoria y durante la postemporada, estuvo acompañado por el cántico “MVP” (siglas en inglés de Jugador Más Valioso), en el Alfonso “Chico” Carrasquel.

Al final, el Premio Víctor Davalillo fue a parar a las manos del utility de Bravos de Margarita, Breyvic Valera, escoltado por Jesús Montero, de Cardenales de Lara, y Phipps.

“Esos peloteros (Valera y Montero) han hecho un excelente trabajo, llevaron a sus equipos a la clasificación y cualquiera se merecía ser premiado”, dijo Phipps. “Gracias a Dios, he sido consistente y me he mantenido en salud. Una vez que cuentas con eso, el trabajo sale. Querer es poder. He hecho todo lo que me propuse desde mi primer día en Venezuela, que no era otra cosa que ayudar al equipo a ganar y aquí seguimos, con la misma misión de todos los días, de tratar de dar lo mejor siempre”.

Desde el primer día, Phipps transitó un camino exitoso y terminó la ronda regular con .327 de promedio, 11 jonrones, 46 anotadas y 40 remolcadas, estadísticas que le ayudaron a ganar el Productor del Año, de acuerdo con la fórmula establecida por Numeritos Gerencia Deportiva, y luego fue electo de manera unánime por la prensa especializada como el mejor jugador de la primera ronda de playoffs, tras encabezar la LVBP con tres cuadrangulares y 12 impulsadas, en seis desafíos.

“Cuando decides ir a otro país, tienes que trabajar muy duro todos los días y jugar con muchas ganas para producir, ya que el beisbol es un deporte de oportunidades y si no rindes, te pueden sacar. Como extranjero siempre esperan que hagas más de la cuenta y en Venezuela no es cosa fácil. Esta liga es muy dura, exigente”, destacó.

El toletero derecho, originario de San Pedro de Macorís, no dejó espacio para la duda a la gerencia de Caribes y desde el 21 de noviembre de 2015, cuando debutó haca dos zafras, se convirtió en una figura de la LVBP. A partir de la fecha de su estreno y hasta el 29 de diciembre de 2016, Phipps encabeza el circuito con 17 vuelacercas y 58 remolcadas.

Algo que nunca logró en República Dominicana, vistiendo los uniformes de Estrellas Orientales y Leones del Escogido en siete campañas, antes de quedar libre en 2015.

Solo que el petromacorisano, de 31 años de edad, prefiere hablar del colectivo.

“Tenemos un carro de leña (risas) y habrá mucho más de lo que han visto hasta ahora. Hay que seguir así, como también enfocados como grupo. El año pasado nos quedamos cortos de estar en la final luego de estar arriba 3-2 en la serie semifinal (contra Magallanes). Esta vez estoy seguro que se dará. Hay confianza entre todos los compañeros. Es lo que se respira en el dugout. Siempre decimos: ‘Hoy es el día’ y con esa actitud hemos logrado las victorias que nos han traído hasta aquí”.

Ahora se propone seguir sumando a la causa de Anzoátegui para que acceda a su cuarta final en siete años.

“Si me dieran a elegir entre cualquier premio y el campeonato, me quedaría con el título. Todo el año he sacrificado muchas cosas, como el no estar con mi familia, y cuando estamos tan cerca del final hay que seguir sacrificándose hasta lograr la corana. Quiero ir a México para estar en la Serie del Caribe, representando a Venezuela con Caribes”.